Esta ciudad cuyo casco histórico está bellamente conservado, es sin embargo una de las ciudades más importantes de Rumanía.
El nombre de Brasov significa fortaleza, y su antiguo nombre alemán Kronstand se refiere a sus murallas en forma de corona. Es una ciudad de cerca de 300.000 habitantes, industriosa y con una tradición universitaria que le viene de antiguo, es además un centro tanto turístico cultural como de deportes de esquí en invierno o de sendas de la naturaleza en sus bosques.
Sin embargo, al estar enclavada en un valle, las montañas la han hecho crecer hacia un lado, conservando así su aspecto tradicional. La mejor forma de observarla en su conjunto es desde cualquiera de las laderas de sus montes.
Está construida entorno a la plaza Sfatului donde se encuentra la Iglesia Negra, llamada así por cuando se quemó.
Esta plaza central alegre y llena de eventos culturales es el centro de reunión donde se agrupan jóvenes y mayores de todas las edades y es una delicia para los niños que se distraen con las palomas ajenos a los siglos de historia que se respiran de las paredes de sus edificios.
De aquí parte la calle principal, arteria de la ciudad, y desde cuyas tiendas y desde las terrazas de los restaurantes a pie de calle podemos contemplar a la gente pasear. Como ciudad universitaria no pueden faltar los grupos musicales traicionarles tipo tunas estudiantiles.
El ambiente universitario le viene desde el S.XVI con el pensador J. Honterus, que tiene un lugar principal junto a la catedral, señalando hacia el la escuela del gimnasio humanista que fundó, dando de esta manera prioridad a los estudios frente a la religión según se comenta.
Fue el primero que trajo la imprenta a la zona y distribuyó un mapa de toda la región que fue considerado como la Biblia del lugar. Trajo con él las ideas reformistas de los protestantes y estrenó la primera obra de teatro de la ciudad.
Desde el primer momento comprobamos que son frecuentes los edificios, balcones, etc. al estilo del Imperio Austro Húngaro al que perteneció, pero este núcleo alemán que habitaba en la ciudad fue depurado y obligado a marcharse tras la Segunda Guerra Mundial, como en otros tantos lugares de Rumanía, por Ceauscescu, siendo ahora una minoría.
No será esta la única sangría que se produjo en la ciudad, con motivo del levantamiento obrero de 1989, se produjo otra masacre que le vino a dar el apodo de “la ciudad mártir“.
Otra de las minorías étnicas es la comunidad judía que si bien comenzó en 1864, llegó a ir adquiriendo relativa importancia hasta que después de la 2ª Guerra Mundial comenzó el éxodo hacia Israel.
Finalmente, una de las visitas obligas monumentalmente son las iglesias ortodoxas con su aspecto aparentemente sencillo por fuera,
Si uno se siente en forma puede simular los entrenamientos de la película de Rocky subiendo por las empinadas escaleras hacia las torres o…
tomar el teleférico que domina la ciudad junto con el letrero gigante de Brasov que quiere emular al de Hollywood en los Ángeles.
Una curiosa iniciativa turística es que han situado unos altavoces junto al muralla, con explicaciones sobre la misma.
Bien podremos divisar desde esta altura los tejados de todas las casas como en la obra de teatro del Diablo Cojuelo,
o bien podremos observa a los afanados turistas en su visita por las calles,…
no sin encontrarnos antes con varios grupos de escolares que son la esperanza de futuro de la ciudad, …
u observar a través de los cristales a una madre enseñándonos orgullosa a su hijo.
Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
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Artesanos de Sighisoara (Rumanía).Tras la pista de Papá Noel
La Reserva Natural “ Robles seculares de Breite” en Sighisoara. (Rumanía)
Las fotos están muy bien , captan lo que es Rumanía , lejana de la idea que algunas personas aún tienen de este bonito país. Un abrazo Pablo