Llega la primavera, y con ella muchas aves comenzarán a trabajar activamente en la creación de sus nidos, que darán cobijo a su descendencia.
Dorso de abubilla © Javier Abad / countrysessions.org
Entre estas aves estarán las llamativas abubillas (Upupa epops), con su plumaje pardo-anaranjado en la parte superior de su pecho, espalda y cabeza, mientras que en la parte inferior del pecho va cambiando hacia blanco, y las plumas de sus alas y cola forman bandas de color blanco y negro.
Su copete, formado por grandes plumas anaranjadas que terminan en un color negro y también con algún toque de blanco, llama poderosamente la atención, sobre todo en la fase de cortejo, en la que lo despliega en forma de abanico, dándole un aspecto elegante.
Abubilla con el plumaje ahuecado © Javier Abad / countrysessions.org
Su nombre común se dice que es onomatopéyico, pues proviene del sonido de su canto «bub-bub-bub», perfectamente reconocible en nuestros paseos por el campo.
En la época de cría, al final de la misma sobre todo, el olor de su nido es nauseabundo, no por falta de limpieza por parte de los padres, sino por la secrección de la «glándula del obispillo» de los pollos, que desprende ese desagradable olor.
Prepáremonos para esta estación en la que la vida vegetal y animal se despliega en todo su esplendor.
Texto y fotografías: © Javier Abad / countrysessions.org
Datos de las fotografías:
Canon EOS 50D
Canon EF 300 mm f/4 L IS USM + teleconvertidor 1.4x
Camuflaje en vehículo + beanbag
