El pasado lunes recibí una mala noticia.
Un antiguo compañero de trabajo había fallecido. Tras años de lucha contra el cáncer, cuando casi estaba restablecido, y cuando empezaba a disfrutar de verdad de su bien merecida jubilación, un maldito infarto se lo llevó, de repente, sin avisar, como siempre suceden estas cosas.
La Alberca © Javier Abad / countrysessions.org
Había sido mi jefe, y después compañero durante más de 10 años, y desde que supo que me gustaba la fotografía, siempre me decía: «te tienes que venir a mi tierra, a la Sierra de Francia, en Salamanca, te lo ibas a pasar en grande. En primavera está precioso. ¿Conoces La Alberca?» . El no era de la Alberca, sino de un pueblecito muy cercano, en el fondo de un valle con unas vistas preciosas a la sierra, todavía cubierta de nieve. No importa el nombre del pueblo. Lo sabe él, su familia y sus amigos.
La Alberca © Javier Abad / countrysessions.org
Muchas veces estuve a punto de ir, pero no fué hasta el pasado diciembre cuando me decidí y pasé un fin de semana en La Alberca, ese pueblo del que tantas veces me había hablado, y por la fatalidad del destino, coincidimos en fin de semana sin saberlo, así que no tuve ocasión de poderme tomarme allí mismo unas cervezas con él y charlar un rato como habíamos hecho tantas veces en el trabajo.
Anteayer tuve que ir de nuevo, pero no a disfrutar. Solo fuí a despedirme de él, a darle el último adios, junto a muchos otros compañeros que ya le echamos de menos.
La Alberca © Javier Abad / countrysessions.org
No me había decidido a subir fotografías de este lugar, pero creo que ahora es el momento.
Va por tí, Sanve.
Texto y fotografías: © Javier Abad /countrysessions.org
