Quizás sea la pedanía más conocida de Sigüenza, ya que en las paredes de su desfiladero se rodaron algunas de las secuencias más famosas de Rodríguez de la Fuente.
Partiendo de las afueras del pueblo bajamos al lecho del río.
En seguida en las paredes encontramos formaciones rocosas más propias del Cañón del Colorado.
El camino discurre tranquilamente en paralelo al río hasta que se estrecha tanto y las paredes calizas se elevan tan bruscamente que se comprende que Félix escogiera este lugar para rodar escenas de caza de cabras montesas por águilas reales o que dejara en semilibertad animales tan queridos por él y tan emblemáticos como los lobos, ya que lo escarpado de sus muros hacían imposible cualquier escapatoria.
Cuando llegamos a un puente sobre el río debemos decidir, si la crecida del agua nos lo permite, entre tomar una ladera u otra del valle. Las dos van a poner aprueba nuestra habilidad para subir por las piedras.
Nosotros escogimos la orilla izquierda, es más llevadera, pero no apta para los que tienen vértigo. Un momento de relax antes de llegar viene bien para contemplar la nube de vapor de agua que levanta la cascada
y cómo las últimas luces del atardecer escalan por la pendiente.
Desde el fondo del río podemos contemplar en lo alto, junto a la carretera, el monumento a Félix Rodríguez de la Fuente. Podemos comprobar desde este privilegiado emplazamiento cómo cambia drásticamente el paisaje en las alturas. Se convierte en un páramo con más o menos altibajos desolados por el viento, que los únicos árboles que permite crecer son los sabinares, enebros, encinares y quejigares.
Mientras, en el fondo del valle disfrutamos del bosque de ribera con chopos, álamos, sauces, fresnos e incluso frutales que acompañan el curso del agua.
Por fin llegamos a la cascada. Si no fuera por las gélidas temperaturas invernales apetecería un chapuzón al estilo de las típicas escenas caribeñas.
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Esta declarado Parque Natural desde 2003, pertenece a la Red Natura 2000 de la Unión Europea, es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario por lo que se comprende la riqueza de la fauna que lo habita. Entre las aves que vuelan por sus paredes destacan las chovas piquirrojas, vencejos, avión roquero, colirrojo tizón, gorrión chillón, y el roquero solitario entre otras. Hay abundancia de rapaces (halcones peregrinos, águilas reales, águilas perdiceras, buitres leonados y búhos reales), y en las aguas del río podremos ver el mirlo acuático y el martín pescador. Como abunda la trucha, no puede faltar la nutria por sus cauces.
Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org