Batalla naval 2009. Y seguimos mojándonos.

Lo prometido es deuda. Hace unos días os contaba cosas de una de las fiestas más conocidas del barrio de Vallekas de Madrid, la Batalla Naval, que este año me había propuesto fotografiar.

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©Andrés López / countrysessions.org

Ya lo avisaba la pancarta a la entrada del recinto habilitado para la batalla. «Si pasas te mojas» y eso vale para todo el mundo. No valen excusas. Piratas, bukaneros, marineros y marineras de secano de todas las partes del antiguo barrio de Vallecas estaban preparándose para la 28 edición de La Batalla Naval, esa extraña y sana forma de reivindicar, que hace tantos años un grupo de amigos inventaron una tarde de verano, en plena fiesta del Carmen.

Este año, se estima en 10.000 personas las que han acudido a la cita. A las cinco de la tarde, como la fiesta taurina que tanto se prodiga en las celebraciones de pueblos y ciudades. Pero en Vallecas no nos gusta hacer daño a nada ni nadie. Preferimos mojarnos, reirnos y celebrar las fiestas de la Karmela (como decimos en este barrio) coordinados a través de la Cofradía Marinera de Vallekas.

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José, uno de los responsables y coordinadores de la Batalla Naval.
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«Qué valor tienes, macho» me dice un participante cuando me ve con la cámara metido en la marabunta humana que alza los cubos para que se los llene un operario desde lo alto de una cisterna, manguera en mano. Efectivamente, me había propuesto hacer fotos de la Batalla Naval, algo que a priori a cualquier fotógrafo se le plantea como un dilema, por el riesgo claro y más que justificado de poder estropear cámaras y objetivos por el agua. En la batalla naval no se mira. Si pasas te mojan. Y nadie se ofende, nadie se cabrea, porque el ambiente que se respira durante ese par de horas de «orgia acuatica» es algo difícil de describir. Todos amigos, todos colegas, todos vecinos.


 

No se salvó ni las credenciales de prensa que llevaba colgada del cuello. A pesar de que la gente me dejaba trabajar, estuve durante más de una hora metido debajo de las cisternas, rodeado de cubos que intentaban llenarse, y al ritmo del obturador de mi cámara, intentando captar toda la esencia de esos momentos, mientras que marineros y marineras me volcaban cubos de agua por la cabeza, me disparaban con pistolas de agua sofisticadas… una experiencia increible.

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Y es que a pesar de que los años han cambiado el barrio, nuevas gentes, nuevas culturas, nuevos idiomas… el espíritu de la Utopía sigue vivo, a pesar de que la concejala del PP de cultura de la Junta de Distrito de Vallecas, Eva Durán, haya intentado anularlo continuamente. Incluso este año hubo trifulca en la Junta. La fiesta de la Karmela es una celebración alterntiva a la convocada por la Junta, y como otros años, desde la concejalía se intentó anularla negando los permisos necesarios para que el colectivo alternativo de Vallekas pudiera celebrarlo. Después de manifestaciones y algún que otro altercado policial, finalmente la Junta cedió, por lo que este año, el lema de la Batalla estaba muy justificado «Mojate por la Karmela«.

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La fiesta del agua de Vallekas ya no hay quien la pare. Aparece hasta en algunas guías de viaje extranjeras como fiesta popular de la ciudad de Madrid, y barrios aledaños al Valle del Kas acuden para participar y apoyar la iniciativa. Incluso este año un colectivo gallego amenizó con música celta el desparrame acuatico, venidos desde Vilagarcía de Arousa (Pontevedra).

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Para los que se pregunten como salvé la situación del equipo, os contaré que todo el reportaje está realizado con una cámara Canon EOS 10D y un objetivo Canon 17-40mm. Todo el cuerpo y el objetivo lo protegí con una funda de plastico RainsleeveTM de la marca OP Tech USA que hizo muy bien su función (podéis encontrarlo en Opticas Roma de Madrid, por apenas 8 euros), y salvo las inevitables gotas y salpicaduras sobre la lente UV del objetivo que debía estar secando constantemente, el resto del cuerpo salieron vivos de la batalla. Mi ropa no, por supuesto.

Quedan 365 días para la 29 Batalla Naval 2010 y os invito como vallekano el año próximo.

 ©Andrés López / countrysessions.org