Recientemente el éxito de la película de ”Ocho Apellidos Vascos” a puesto de moda esta pequeña localidad pesquera, pero es un lugar bien conocido para los fotógrafos por los espectacular de su costa llena de efectos plásticos.
Esta primavera hicimos una marcha por la zona intentando profundizar en las características de este acantilado más allá de las magníficas fotos nocturnas donde el agua invade las grietas como si fuese una alfombra nebulosa.
El término Flysch proviene del alemán. Quiere decir fluir, «terreno deslizante», y son facies rocosas de origen sedimentario compuestas de capas de rocas duras como calizas y pizarras, y de otras más blandas con magras y arcilla, que favorecen la erosión diferencial, siendo lógicamente menos profunda en las primeras con respecto a las segundas.
Los acantilados de la facies flysch de Zumaia son calcáreos del Cretácico Superior y del Terciario. Se originaron en aquellos tiempos remotos de la prehistoria, cuando el fondo del mar ocupaba el actual país Vasco y se fueron depositando sedimentos y microorganismos que formaron sucesivas capas horizontales durante un periodo de evolución de la tierra que abarca entre 100 y 50 millones de años.
La colisión entre la placa Tectónica Ibérica y Europea hace emerger estos sedimentos de forma vertical.
Al quedar al descubierto los pliegues, nos podemos hacer una idea de la violencia de la colisión, de su retorcimiento y fractura.
En muchas capas hay una gran riqueza de fósiles y microfósiles.
Hay que destacar la elevada concentración de osmio e iridio que se halla en el llamado límite K/T que establece la separación entre el Mesozoico y el Cenozoico y que se cree debida al impacto producido por un meteorito hace 65 millones de años. Según algunas hipótesis, se le atribuye una de las grandes extinciones masivas de la vida en la Tierra. Apenas hay fósiles en las siguientes capas.
Éste meteorito, de unos 10 km. de diámetro, al impactar sobre la Tierra provocó el incendio de la mayoría de los bosques de los continentes. Una nube humo y polvo se extendió por toda la estratosfera, impidió el paso de los rayos solares e interrumpió la fotosíntesis de las plantas reduciendo casi hasta el total el oxígeno del planeta y descendiendo la temperatura a 10 grados bajo cero. La muerte de la vegetación desencadenó la desaparición sucesiva de los herbívoros y carnívoros de los grandes dinosaurios. Sólo pudieron sobrevivir los animales más pequeños y oportunistas como los carroñeros.
La rasa mareal de Deva es un espacio muy rico en multitud de especies de algas y en las charcas de la baja mar hay una gran diversidad de especies marinas, desde crustáceos a pequeños pececillos.
Por lo abrupto de la costa y la dependencia de la pesca del mar, no es de extrañar que la ermita que domina la zona esté dedicada a los navegantes. En el altar mayor el santo sujeta un barco en sus manos, en el techo cuelga un barco a escala y sobre el coro están, entre otros símbolos marineros, los remos y los salvavidas. Cuántas veces habrán redoblado las campanas trayendo buenas o malas noticias de la mar.
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Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
Una entrada muy bien ilustrada que va más allá de la fotografía y aúna ésta con el concocimiento que conlleva asociacada. En este caso sobre geografia y geología.
Esa es una de las maravillas de la fotografia que por poco que investigues ves que la cultura que hay detrás y que se va adquiriendo con el paso de los años es genial.
Gracias Daniel por tu comentario. Estoy contigo, la fotografía es una inquietud que te obliga a investigar antes sobre lo que vas a ver y después, a ampliar y compartir lo experimentado.