Hace unos días se celebraba la noticia por todo lo alto: El DICLOFENACO, el fármaco asesino de buitres era prohibido en la Convención de Bonn.
Por el año 2003 saltaban todos los registros en Asia: un fármaco ganadero estaba diezmando las poblaciones de aves carroñeras del continente asiático. El problema se iniciaba cuando los buitres se alimentaban de reses muertas que habían sido tratadas con este producto farmaceútico. Casi acaba con algunas especies, y varios gobiernos asiáticos reaccionaron y prohibieron este uso.
Curiosamente y desastrosamente como siempre, diez años después, en el 2013, una empresa farmacéutica española solicita licencia para su uso en España con el fin de utilizar el diclofenaco en productos de uso veterinario ¡y se la conceden! Los graves problemas sobre la fauna que genera el Diclofenaco no son novedad. Como decimos, hace diez años ya saltaron todas las alarmas en Asia y varios países lo prohibieron ¿Como puede colarse entonces tal solicitud en nuestro país? Evidentemente por falta de interés por la Naturaleza e ignorancia total por parte de nuestros responsables políticos en esta materia.
Menos mal que hace unos días teníamos buenas noticias: La reciente celebrada Convención de Bonn decidía por unanimidad la prohibición de este fármaco para uso veterinario. Desde luego, una gran noticia que se ha celebrado por todo lo alto en todas las instituciones de protección de la Naturaleza.
©Andrés López / countrysessions.org
