Fotografía «compactada»

Casi todos los fotógrafos que conozco les gusta tener una compacta en el equipo fotográfico. Es esa máquina que destinamos a las fotos de familia y eventos «no profesionales«, como si utilizar la reflex en estos casos nos causara algún tipo de conflicto emocional con nuestro magnífico equipo solo destinado a grandes fotografías y viajes, y por ello preferimos comprarnos una «maquinucha» para salvar la situación del cumpleaños del niño. En éstas estaba yo, y hace tres años cambié mi querida Nikon Coolpix 5000 por un capricho del cual me enamoré cuando la vi en el escaparate de la tienda: una Leica C-Lux 1 de color negro, como no podía ser menos en Leica.

Si… tengo una Leica, y desde que la tengo me he dado cuenta que la marca tiene fama por algo. Sin ánimo de hacer publicidad gratuita de la marca, me gusta presumir de esta cámara, porque creo que fue todo un acierto comprarla. Ese instinto fortuito y caprichoso de comprar esta pequeña cámara me ha brindado la oportunidad de practicar un tipo de fotografía rápida, sin apenas recursos adicionales y de «instantanea» que solo una Leica y su objetivo ultraluminoso podría ofrecer. La calidad es realmente espectacular y siempre estoy muy satisfecho con los resultados que obtengo.


Escuela de vela en la playa de Perros-Guirec, Bretaña francesa.
f6.3 1/250s ISO 80


Abrevadero al atardecer, Segovia.
f2.8 1/15s ISO 160

Tenía ganas desde hace tiempo de hablar de esa necesidad que tengo muchas veces de dejar la mochila de equipo fotográfico «revientaespaldas» para disfrutar de un paseo ligero, con las manos en los bolsillos, observando todo y buscando ese encuadre perfecto para una pequeña cámara como ésta, que cabe en el bolsillo del pantalón, y que con su objetivo de 28mm -real- deja obtener fotografías que a veces pienso que no habría capturado igual con mis Canon reflex. Es posible que esta inquietud derive de que, insconcientemente sabes que no tienes tantos recursos como con la reflex y por lo tanto agudizas el ingenio y la creatividad. También me gusta mucho encuadrar en la pantalla LCD de 2,5″, un ejercicio este muy diferente a encuadrar a través de un visor de reflex mucho más limitado a la hora de obtener esa sensación de «resultado directo«.


Playa salvaje en Zahara de los Atunes, Cádiz.
f5.6 1/200s ISO 200


Playa con velero. Bretaña francesa
f5.6 1/250s ISO 80

Esta cámara ha viajado ya conmigo a varios lugares y me ha acompañado en paseos de fin de semana por Madrid y otros destinos en España. Me gusta especialmente el reto de intentar captar lo que quiero con la mínima herramienta que me ofrece esta cámara. Es una compacta básica, sin funciones avanzadas, y que trabaja en JPG de 7,2 Mp, pero que desde el primer momento no le das importancia cuando ves los resultados a pantalla completa visionando las fotografías realizadas. Especialmente llamativo es el tratamiento del color muy ajustado y óptimo que da una viveza absolutamente brillante a las imágenes, y la opción de B&N directo es sencillamente exquisita.


Detalle de ventana. Bretaña francesa.
f3.8 1/160s ISO 80


Escultura de Chillida en el Paseo de la Castellana, Madrid.
f2.8 1/10s ISO 400

¿Es necesario un equipo fotográfico reflex para hacer grandes fotografías? yo creo que no, aunque por supuesto ayuda mucho. También es cierto que no todas las fotografías se pueden hacer con una compacta, y mucho menos con una Leica como la mía. En el caso de fotografía de naturaleza, el fotógrafo es completo: en su mochila viaja un teleobjetivo para fauna, angulares para paisaje y un objetivo luminoso macro para detalles, insectos, flora… evidentemente para poder conseguir todo esto en una compacta, esta debería ser lo suficientemente completa para sustituir todo esto. Pero creo que el motivo de llevar una compacta en el bolsillo se debe hacer como recurso adicional al equipo, de rápido manejo y uso que en varias situaciones nos salva la imagen. Además de ser compañera perfecta para todos los días del año –¿cuantas veces de camino o vuelta del trabajo hemos visto esa imagen perfecta, inusual o incluso original y no hemos tenido la camara a mano?– una compacta puede ser el recurso perfecto en una travesía de montaña cuando el equipo reflex está en nuestra «chepa» sin acceso directo.


Metropolitano de Madrid.
f2.8 1/15s ISO 125


Calle Orense, en Madrid.
f3.0 1/100s ISO 80


Claustro en la Iglesia de Santa María la Real de Nieva, Segovia
f2.8 1/200s ISO 80

Llevar una cámara compacta ligera en el bolsillo es como una terapia contra el día a día monótono casa-trabajo-casa, esperando el fin de semana. Desde un paseo después de comer por alguna calle, hasta una visita a un cliente en medio de Madrid, la compacta está siempre preparada y no falta en mi bolsa de trabajo diaria. Cuando viajo o salgo a hacer fotos a algún lugar tampoco la dejo, porque es el complemento para las fotos de «making off«, y cada vez más a menudo en mi caso, casi la cámara para determinadas fotografías. En el viaje de Country Sessions a la Bretaña francesa una de las jornadas la cubrí tan solo con la compacta, después de ver los resultados que ofrecía. Ni me molesté en sacar las reflex. Y en una travesía en barco desde Bolonia a Cádiz solo llevaba la compacta en la bandolera.


Catedral de la ciudad de Cádiz.
f6.3 1/400s ISO 100


Imagen nocturna de una calle de la localidad de Conil, Cádiz
f2.8 1/8s ISO 400


Palacio de Cristal en el Parque del Retiro, Madrid
f5.6 1/800s ISO 400

Tener una compacta para hacerle las fotos al nene en su cumpleaños, sirve para no llevarte broncas de la parienta y «cumplir con la patria«, pero en mi caso me ha servido para descubrir otro tipo de fotografía, esa que no tiene recursos profesionales y que te llena tanto como las realizadas con el super-equipo reflex.

Fotografías y texto:
©Andrés López / countrysessions.org