Iniciamos una nueva serie sobre las costas más occidentales de la península Ibérica, El Algarve, y lo haremos comenzando por Lagos, una de sus ciudades principales.
El AlgarVe es un nombre árabe que significa “El Occidente”, porque era la última tierra al sur del mundo conocido por donde se ponía el Sol, al igual que Finis-terre lo era por el norte.
El primer asentamiento en la región de Lagos, llamado también Lacóbriga, fue fundado alrededor de 2000 años antes de Cristo por los conios. Fue ocupada por cartagineses, romanos, bárbaros, musulmanes y cristianos.
La misma ciudad de Lagos es un claro ejemplo de lo que será la costa del Algarbe donde se alternan las recónditas y tranquilas cuevas de los acantilados marinos de la zona occidental
y que invitan a la contemplación
con las suaves e inmensas playas de arena del sur propicias para los largos paseos al atardecer, los juegos de pelota en la arena, todo tipo de deportes náuticos
y, las más valientes, unas zambullidas en sus frescas y tormentosas aguas.
Hoy es un importante centro turístico, pero dada su privilegiada situación tiene un rico pasado histórico e industrial. De sus astilleros partieron las ligeras y veloces carabelas del Infante Enrique en la Era de los Descubrimientos de Portugal.
Nada menos que entre 1444 y 1446 cerca de cuarenta embarcaciones salieron de Lagos. Tras su fracaso en la conquista de Tánger se dedicó a la exploración y la política, fruto de ello fue el descubrimiento y colonización de Madeira y Azores, e impensablemente llegaron a bordear Cabo Verde y Sierra Leona.
De entre las esculturas que fotografiamos de navegantes como Gil Eanes y predicadores como S. Gonzalo, destacamos ésta del infante que tienen en su haber la fundación en la Universidad de Coímbra de una cátedra de Astrología y que se le representa con un sextante en sus manos. Por contra está situada junto al primer mercado de esclavos africanos que se creó. Más interesante es la sencilla iglesia de fachada blanqueada de S. Antonio y su altar restaurado.
Como todo puerto importante de la época se encuentra fuertemente amurallada, lo que la salvó de los ataques de la flota Británica de Sir Francis Drake, no así Segres que quedó destruida, y le dieron su protagonismo en las guerras napoleónicas y en la Guerra de Restauración portuguesa.
Vigilando la entrada al puerto está El Forte do Pau da Bandeira construido en la década de 1580 según los cánones de la época, aunque por su tamaño se nos antoja como de juguete, y es que en esto de la guerra nos comportamos como niños enfurruñados. ¿Dónde quedó el arte del diálogo? La respuesta es bien sencilla, no hay que fijarse en la sofisticación de las armas, simplemente seguir la pista al dinero.
Finalmente, abundando en esta reflexión destacamos estas dos imágenes:
Una sobre una carabela, tomada al atardecer, con el móvil cuando ya tenía todo el equipo guardado, y que refleja el cierre de una época del Imperio Portugués. Nos recuerda el cuadro del pintor británico Turner precursor de la pintura contemporánea que consciente de que no puede competir con el hiperrealismo de las incipientes cámaras de fotos, con unos simples trazos nos descubre los sentimientos que nos inspira el remolque hacia su ocaso del enorme barco llamado “El Temerario,” curtido en batallas como la de Trafalgar, y que simboliza la decadencia del Imperio Británico.
La segunda es una imagen más amable, es la del “Carrusel Júbilo” que nos recuerda que en esta vida sólo tenemos un ticket que nos abre el semáforo para unas escasas vueltas, lo importante no es ir sobre una ostentosa carroza real, sobre la ira de un león furioso, sobre un brioso unicornio o una alocada y alegre vaca, nuestras vueltas serán las mismas y están contadas, lo importante es compartir nuestro Júbilo.
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Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
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Muy buenas, Pablo. Me inspiran sosiego. El colorido del carrusel con las luces contrastando contra el cielo me gusta mucho.
Por cierto, Turner es uno de mis pintores favoritos. Esos cielos…
Pablo me han escantado estoy deseando ver las siguientes.muchas gracias.
Pablo, qué maravillosas fotos !! Qué estupendo recuerdo para los que compartimos aquella excursión ! Mil gracias y sigue creando esas obras de arte !
Buenas tardes Pablo, muy bonitas, que colorido, transmiten paz,y otros tiempos pasados.
Un saludo.