En un lugar de la Mancha de no gran tamaño en cuanto a población, está la ciudad de Almagro, la cual gracias a su festival de teatro todos los años se convierte en una cita imprescindible del arte dramático. No muy lejos se encuentran los calabozos del pueblo de Argamasilla de Alba, donde Cervantes escribió El Quijote, la obra maestra de la lengua española.
Son varios los edificios en los que se programan actividades teatrales. Aunque tradicionalmente destaca el Corral de Comedias, donde pudimos disfrutar de la función de noche en un ambiente similar al que debía tener en la época de Cervantes, pero no adelantemos acontecimientos.
Esta vez decidimos realizar una visita por todo el pueblo, comenzado por la Plaza Mayor y luego fuimos callejeando por las calles de su alrededor para dejarnos sorprender por sus sitios más emblemáticos donde todo es arte-sano.
Ya en la mismísima Plaza Mayor nos encontramos con una tienda de cestería precursora de su Museo Etnográfico.
No muy lejos pudimos ver unos maravillosos encajes de bolillos,
no obstante tienen un Museo del Encaje.
Nos introdujimos en el Convento de la Asunción de las monjas Calatravas, habitado por ellas hasta 1815. Posteriormente llego a ser hasta Cuartel de Caballería y actualmente lo llevan los dominicos.
El proporcionado trazado del claustro es uno de los más bellos y menos conocidos del Renacimiento español
Destaca dentro del conjunto la escalera principal, que responde al modelo español claustral del quinientos, de tres tramos y balaustrada flamígera.
Otro edificio llamativo por su nombre es el Almacén de los Fúcares. En realidad es un palacio que su función primitiva fue la de servir de almacén para guardar el mercurio que llega de las minas de Almadén.
Siguiendo en nuestro deambular por las calles, nos llamó la atención la portada del Palacio de los Condes de Valparaíso
y anda que te andarás nos fuimos colando por las puertas de los distintos sitios asistiendo asombrados a las bellezas ocultas en la sencillez de las paredes blancas del exterior.
Finalmente, por entre las callejuelas encontramos un restaurante donde reponer fuerzas y comer unas tradicionales migas del lugar, mientras planeábamos las visitas a cercanos paraísos naturales como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel o el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera entre otros.
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Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
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