El río Manzanares es una de las arterias fluviales que atraviesa el Monte de El Pardo de norte a sur y gracias la cual debe en parte su éxito como Parque Natural.
Realmente parece mentira que exista un Parque Natural tan cerca de Madrid que haya resistido tan bien la presión ambiental de su población.
A parte del aislamiento hermético de la parte considerada Patrimonio Nacional, debe su éxito al Río Manzanares. Sin duda es una autopista que permite que haya una gran variedad de animales y que éstos no sufran los efectos de la endogamia propios de las comunidades aisladas.
© Pablo Torras/www.countrysessions.org
Hoy hemos decidido andar por el tramo que va desde el puente de la carretera de Colmenar Viejo a Hoyo de Manzanares hasta el puente con que limita la presa del parque.
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Las aguas antaño cristalinas del Río entorno a las cuales creció la población de Madrid dependen cada vez más de las poblaciones que captan sus aguas casi desde su cabecera, cuya muestra de su antigua vitalidad nos la encontramos en los restos de los molinos de agua a los que acudían los lugareños para moler el grano de las cosechas.
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El río crea una depresión a su alrededor que produce un micro clima que transforma los árboles propios de tierras duras de secano como los encinares y los enebros en un variado bosque de galería que muchas veces cubre casi totalmente el cauce,
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a excepción de los prados de sus amplios meandros que dejan ver de vez en cuando la superficie de remansos de agua
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o de los pequeños rápidos en forma de cascada.
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La mejor época para visitarlo es en primavera, cuando lleva más agua y cuando se cubren las laderas completamente de flores.
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Amapolas, margaritas, …
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Incluso los cardos están en flor. Las abejas al borde del camino están muy activas y los pájaros compiten con las melodías de sus trinos para atraer a las hembras y defender su territorio.
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Al final del camino tenemos nuestra recompensa en forma de puente con que limita la tapia del Parque. Hace de singular balcón desde el cual podemos observar toda la presa e incluso las lejanas torres de Madrid. Si tenemos suerte, podremos ver también algunos de los animales que bajan a beber como gamos, ciervos, jabalíes y los simpáticos conejos cuyo crecimiento excesivo es controlado por las rapaces más emblemáticas de la fauna ibérica que anidan en el centro del parque.
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Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
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