Cerca de Ribadeo se encuentran una serie de playas con unos acantilados labrados por las olas y las mareas que le dan literalmente el aspecto de un Monumento Natural.
La fuerza de las olas crean caprichosamente una serie de entrantes y salientes, algunos de los cuales tienen las formas de los contrafuertes de las catedrales góticas.
Últimamente ha cogido mucho auge y para que no se masifiquen las visitas hay que solicitar un permiso para visitarla en fechas claves o durante los meses de verano. Pero si uno quiere, se puede buscar un rincón para tener unos momentos de intimidad y meditación.
Bien para compartir en parejas
y con los amigos.
O bien para descubrir sitios donde corre el agua por las paredes rocosas haciendo juegos con los incipientes rayos del Sol.
Antes de adentrarse en ellas es mejor echar un vistazo a la tabla de mareas de la web si uno no quiere encontrarse con la desagradable situación de verse atrapado entre el mar y sus inexpugnables muros o simplemente no poder bajar a la playa porque la marea esté alta.
Otra de las precauciones a tener en cuenta es llevar calzado adecuado y bañador para que no nos pase como a nosotros, que siguiendo el consejo del guía de que no eran necesarios, nos quedamos sin poder visitar una de las partes más interesantes en que los contrafuertes estaban en hilera.
Eso sí, pudimos pasar un rato divertido jugando con las olas y echar unas carreras para que no nos pillaran por sorpresa y nos mojáramos las botas cuando queríamos captar los reflejos de las rocas en el agua.
Los atractivos de la costa no se limitan a este trozo de playa, sino que es una buena idea salir dando un paseo desde el pueblo de Rinlo.
Encontrar las construcciones artificiales para aprovechar la fuerza del mar.
Sus entrantes y salientes
Las vistas generales de toda la costa.
Algunas playas más solitarias que te permiten estar a solas contigo mismo.
Y sobre todo, si tenemos la suerte que tuvimos nosotros, contemplar la furia de las olas en un día soleado y con un fuerte viento.
A veces semejaban caballos desbocados como reflejó el genial escultor Bartholdi en una fuente de Lyon.
Y otras veces parecen las “oleadas” sonoras de un piano que recorren las escalas de los tonos de un lado a otro, de izquierda a derecha, subiendo y bajando por las notas hasta juntarse y chocar con ellas mismas en una explosión de luz y sonido.
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Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
DATOS DE LA FOTOGRAFIA
Olympus O-MD E-M1
Objetivo Olympus 12-40mm 1: 2.8 PRO
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Preciosas fotos la de las playa de las Catedrales, que visité alguna vez. Tiene magia y tú la captaste, a pesar de que ahora están casi siempre bastante llenas.
Un saludo Pablo