Esta vez nos dirigimos a Aranjuez que es una visita obligada de los alrededores de Madrid cuando alguien viene de fuera.
Sin duda la mejor época para visitar Aranjuez es en otoño, cuando se produce el cambio de color de las hojas y de ello nos encargaremos en otra entrada del blog, pero esta vez nos acercamos en primavera para enseñarlo a una visita que vino del extranjero y como siempre no nos defraudó.
El día no presagiaba nada bueno, ya que era una primavera que provenía de una sequía y había obras por todo el recinto. Pero como si los dioses de sus parques nos lo quisieran mostrar en todo su esplendor, conjuraron todas las fuerzas del cielo y los vientos para atraer las nubes y que lo viéramos reverdecer.
Hay que destacar los palacios al estilo francés de la época,
Pero no son menos importantes sus amplios jardines que son un claro del ejemplo del racionalismo del Siglo de las Luces
Con sus grandes avenidas cuadriculadas,
sus fuentes,
y sus estatuas de estilo neoclásico, que a diferencia de las época de los griegos y romanos no están policromadas.
Sus múltiples rincones y caminos son muy adecuados para las visitas de los enamorados, y sirvieron de inspiración al maestro de Joaquín Rodrigo para su famoso concierto dedicado a estos jardines,
o también para las visitas familiares en las que los niños urbanitas pueden tener la oportunidad de un primer contacto sin ningún riesgo con la naturaleza y el arte.
Personalmente me gustan más los jardines tipo inglés que imitan más la naturaleza o incluso los del tipo zen oriental. Pero lo que hay que reconocer a ésta época es el intenso deseo por el saber que hizo que se trajeran para investigar en los jardines botánicos todo tipo de árboles exóticos y que se organizaran grandes expediciones para descubrir la gran variedad de las especies en todo el planeta y que concluirían más tarde con las teorías del evolucionismo de Ch. Darwin
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Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
DATOS DE LA FOTOGRAFIA
Olympus O-MD E-M1
Objetivo Olympus 12-40mm 1: 2.8 PRO
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