Ya estaban muertos.

Hoy es el día que por fin he decidido recordar la gran catástrofe humanitaria que ha castigado Haiti. Después de varios días desde el gran desastre natural y humano, con una nueva réplica ayer igual de acojonante, y con la situación clarificadora de lo que somos y somos capaces los seres humanos ante la necesidad de supervivencia más absoluta, queremos recordar en este blog a los habitantes de Haiti.

Para ello os voy a recomendar, a mi juicio, uno de los mejores, hasta ahora, reportajes publicados en nuestro país sobre este drama. Ha sido publicado por el diario El País, y su autor es el reportero gráfico GORKA LEJARCEGI. Una excelencia fotográfica en los peores momentos de Haití que solo muestra un poco más de la desgracia cotidiana que sufre el pueblo haitiano. Cierto, el desastre natural que han sufrido y está sufriendo ha sido tremendo y horrible. Pero es que «ya estaban muertos» antes del terremoto. Por lo menos a nivel informativo, a nivel internacional, a nivel político, a nivel social. La situación de Haiti, castigada por dictaduras salvajes y una pobreza absoluta es más que conocida desde hace años por ONG’s y abundantemente denunciada. Pero total y absolutamente obviada y olvidada por el resto del mundo, sus gobiernos e instituciones internacionales. Y lo más patético: parece que ahora el mundo se ha enterado… un poco tarde ¿no?

Y es muy curioso, que los mismos poderosos y gigantescos gobiernos y estamentos que habían desauciado social y políticamente a estas gentes, ahora se prestan orgullosos a acudir raudos a la llamada de auxilio. Efectivamente, Haiti no tiene petróleo, pero en estos momentos de crisis destructora y larga sobre el mundo liberal y civilizado, y con una ávida y carroñera necesidad de crear negocios, los que pueden se apuntan al carro de los que quieren estar en Haití, y si se puede, quedarse para siempre. O por lo menos hasta repartirse la tarta de la reconstrucción de un país aniquilado, que necesitará materiales, empresas constructoras, maquinaria, comunicaciones, instalaciones totales de energía… todo por supuesto, financiado holgadamente, porque por supuesto «se trata de ayudar a los pobres haitianos». La deuda de todo eso ya se la cobrarán con sus convenientes intereses a los futuros gobiernos haitianos, y hasta el fin de los días.

Los haitianos ya estaban muertos antes del terremoto. Y el terremoto los ha rematado. Pero lo peor todavía está por llegar. No hay gobierno, no hay instituciones, no hay autoridad, no hay policía. La mitad a muerto sepultada por escombros, la otra mitad se afana por sobrevivir sin comida ni agua. Y es ahora cuando asistimos a la verdadera naturaleza del ser humano en una situación en la que se ha perdido la socialización, y si se me permite decir, una vuelta a la naturaleza más cruda, la de la selección natural y la que dice que sobrevive el más fuerte. Pura lección de naturaleza la que contemplamos en Haiti ahora mismo, con asaltos a los campamentos de la ayuda internacional. Me río yo de las pelis americanas de grandes desastres, donde los buenos americanos se resignan en sus casas a esperar la catastrofe de un meteorito, mientras que unos pocos elegidos son recogidos por el ejército para salvarlos de la extinción. Falso, mentira y gorda. El ser humano, como estamos viendo en Haiti, es mucho más que un títere que espera la muerte en su casa.

Solo volver a recomendar que sigais las noticias gráficas de Haiti. Seguramente este año tendremos muchos premios World Press Photo con esta catástrofe. Para unos, el terremoto de Haití será su culminación a una carrera artística,  mientras que para otros  reporteros desconocidos, que llevan muchos años filmando, narrando y fotografiando el país más pobre del continente americano, esto quizás suponga que obtengan por fin recompensa para tanto esfuerzo en pro del pueblo haitiano. Lastima que tenga que ser a costa de un terremoto y 75.000 muertos.  

Y finalmente, también animaros a echar una mano como podáis, y aseguraos que no lo hacéis a través de bancos que están cobrando comisiones por ello (lo que faltaba… salvados de la crisis por los gobiernos, se siguen repartiendo dividendos, y encima cobran comisiones a los ciudadanos por hacer donaciones). 

Desde Country Sessions vaya todo nuestro apoyo y solidaridad para Haiti y sus ciudadanos. Que todo esto sirva por lo menos, para que puedan por fin ser ciudadanos de este mundo global, y no tan solo unos olvidados históricos.

©Andrés López / countrysessions.org