Girona tiene nada menos que once puentes que cruzan de orilla a orilla el río Onyar, a su paso por la ciudad. Pero quizás uno de los más famosos sea el que construyó el arquitecto Eiffel, el mismo de la torre de París, en color rojo chillón.
©Andrés López / countrysessions.org
Esta ciudad en si misma es una joya arquitectónica medieval y pasear por todo su casco antiguo es un placer para los sentidos. Pero el río Onyar, uno de los cuatro que recorren esta ciudad, tiene algo de atracción. Sus aguas en determinadas horas del día, reflejan las chirriantes y coloridas casas típicas de esta ciudad que se encuentran colgadas literalmente de sus orillas, dando a todo el río un aspecto mágico, o más bien un cuadro pictórico.
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Eiffel eligió bien su puente. No podía haberlo construido en un entorno más agradable.
No dejéis de visitar esta bellísima ciudad, seguro que no os arrepentireis.
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Tengo la suerte de vivir muy cerca de Girona. Una ciudad pequeña y muy acojedora muy lejos de la ajetreada Barcelona o Madrid y muy muy fotogénica.