En mi pasado viaje a Brasil, recorrí durante diez días la ruta de los Diamantes, empezando en Diamantina, su inicio natural.
Situada en la provincias de Minas Gerais, en Brasil, fue fundada en el año 1734, con el nombre de Arraial do Tijuco por bandeirantes atraidos por la gran abundancia de oro.
Catedral de Santo Antonio © Javier Abad / countrysessions.org
Sin embargo, dicha suposición no se confirmó, y a punto estuvo de comprometer la continuidad del asentamiento.
Pero lo que parecía un fracaso, cambió de repente por el descubrimiento de enormes cantidades de diamantes, que aseguraron el futuro de la ciudad, atrayendo a los aventureros, y convirtiéndola en una referencia económica, política y social del Brasil del siglo XVIII.
Y también cambió su nombre.
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La cultura fue uno de los pilares de la sociedad de Diamantina, unas raíces culturales y artísticas que se mantienen hasta hoy.
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Y no es para menos… el legado cultural de esta ciudad es enorme, lo que ha hecho que la UNESCO la elevara a la condición de Patrimonio Cultural de La Humanidad en 1999 por sus magníficamente conservadas construcciones históricas del siglo XVIII.
Iglesia de Nossa Senhora do Carmo © Javier Abad / countrysessions.org
Ese patrimonio, y el carácter hospitalario de sus gentes, hizo que Richard Burton, el gran explorador inglés, dejara escrito en su obra The Highlands of Brazil (1869 ): “My three days spent at Diamantina left upon me the most agreeable impressions of its society. The men are the frankest, the women are the prettiest and the most amiable that it has yet been my fortune to meet in the Brazil. Strangers everywhere in these regions receive cordial hospitahty, but here the welcome is peculiarly warm.” … y cuando se tuvo que ir de la ciudad, dijo “I leave with great sorrow such a beautiful place – the light of my visit to Brazil” .
Todas estas razones la convierten en uno de los destinos preferidos por los brasileños que quieren conocer la cultura de su país.
Iglesia de São Francisco de Assis © Javier Abad / countrysessions.org
La Iglesia do Carmo, la Catedral de Santo Antonio, la Casa da Glória o la Casa de Chica da Silva, son algunos de los atractivos que puedes encontrar paseando por sus calles, llenas de colorido y de una bulliciosa actividad.
Casa da Glória © Javier Abad / countrysessions.org
Es el comienzo de la Ruta de los Diamantes, que acaba en Ouro Preto y forma parte de la Estrada Real, el camino de 1594 km. a través del cual te adentras en la historia de Minas Gerais, en los ciclos del oro y las piedras preciosas, los bandeirantes y los inconfidentes….
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… llena de bellezas naturales y enorme atractivo cultural, tierras mineras descubiertas por bandeirantes y esclavos, y en cuyos campamentos, al calor del “fogão a lenha” se gestaron los platos de la gastronomía mineira que conquistan a quiénes los prueban.
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Tipica presentación de platos en un restaurante en Diamantina
Paren en cualquiera de sus muchos restaurantes, y no duden en probar sus platos más tradicionales.
Plaza en Diamantina con tapetes arraiolos colgando de los balcones © Javier Abad / countrysessions.org
Y no olviden disfrutar de la belleza minuciosa de los clásicos «tapetes arraiolos«, una especie de tapices bordados realizados en una variante del punto de cruz, cuyo origen es un misterio, pero que fue utilizado en la península ibérica por los árabes, y exportado por los portugueses a estas ciudades brasileñas.
Son parte de la artesanía mas antigua, una tradición familiar, que pasa de padres a hijos, y que puede verse hoy en día simplemente al pasear, colgando de los balcones en las plazas y llenando de colorido las calles.
Aparcamiento de motocicletas en una calle cualquiera de Diamantina © Javier Abad / countrysessions.org
Bienvenidos a Diamantina, bienvenidos al comienzo de la ruta, bienvenidos al Caminho dos Diamantes.
Javier Abad / countrysessions.org
Equipo utilizado:
– Canon EOS 30D y objetivo Canon EF-S 17-55 f/2.8 IS USM
– Panasonic Lumix DMC-TZ7
Lindas imagens e sensibilidade!