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Hoy lunes, como es habitual, en nuestra sección de El Cuarto Oscuro, os mostramos algunas de las imágenes del archivo personal de nuestros fotógrafos de Country Sessions. En esta ocasión […]

Hoy lunes, como es habitual, en nuestra sección de El Cuarto Oscuro, os mostramos algunas de las imágenes del archivo personal de nuestros fotógrafos de Country Sessions. En esta ocasión se trata de un rincón del arroyo de Bulnes, en el corazón de Picos de Europa, en Asturias.

 ©Andrés López / countrysessions.org

Esta pasada primavera decidí que ya era hora de cambiar las fotos que decoran las paredes de mi casa. Como se suele decir «en casa de herrero, cuchillo de palo» y eso es lo que me pasa a mi… Llevaba diez años sin cambiar las fotos que decoran las paredes de mi hogar, y muchas de estas, además, eran viejas, y por supuesto muy malas…

Así que me dispuse a elegir qué nuevas imágenes de mi archivo más reciente iban a tener el «dudoso» honor de iluminar mi casa durante otros diez años, y una de ellas es la que traigo hoy aquí. Es un pequeño rincón del arroyo de montaña que cruza la pequeña aldea de Bulnes, en el corazón de Picos de Europa, en Asturias. Cualquiera que observe esta fotografía, puede pensar que es un rincón mágico en algún recóndito y escondido lugar de la naturaleza más salvaje. Sin embargo, esto está muy lejos de lo que realmente es, puesto que se tomó al borde de una terracita de uno de los numerosos locales de tapeo y comida que han proliferado en esta aldea de Bulnes, en otra época punto de partida de difícil acceso de montañeros, y que hoy, debido a la instalación del famoso funicular, se ha convertido en la nueva «Pedraza» de Asturias.

Aldea de Bulnes. En primer plano puente sobre el arroyo que cruza la aldea. Al fondo, numerosas edificaciones
reconvertidas en locales de hostelería para el turismo masivo que accede gracias al funicular.
©Andrés López / countrysessions.org

Esta fotografía me pareció muy adecuada para colgar en mi salón, ya que los tonos fríos del agua y de la hierba, constrastaban muy bien con el tono caliente de la pintura de las paredes. Una vez enmarcada y colgada, orgulloso del resultado, llegó mi hijo de diez años y me dice «…esa foto es mentira ¿verdad papa?» Me dejó alucinado… Según mi hijo no existe un lugar así, con esos colores, tan bucólico, tan de… cuento. A día de hoy y a pesar de que he intentado varias veces explicarle que si existe el lugar, mi hijo sigue manteniendose en su teoría y sobre todo, sin creerse que su padre haya podido estar en un lugar así…

La fotografía de naturaleza en numerosas ocasiones es «engañadiza» y muestra algo que sugiere al espectador lugares y sensaciones especiales, y muchas veces han sido realizadas al borde de una carretera.

Datos de la fotografía:
Canon EOS 50D
Objetivo Canon 17-40mm f/4 L USM
f/22, 0.4 s. ISO 100

©Andrés López / countrysessions.org