Fauna urbana: carrera de conejos en el parque

Media mañana de un soleado día de invierno. Los niños están en el colegio y la gente está trabajando o dedicada a sus quehaceres cotidianos. La hora de sacar a los perros ha pasado y parece que es el tiempo de estirar las piernas y echar unas carreras.

Los conejos del parque miran a su alrededor y se lanzan en unas locas carreras sin sentido, solamente por el placer de correr. Se trata al parecer de unos conejos domésticos asilvestrados que alguien soltó y que se debieron cruzar con otros conejos del bosque cercano junto al polígono industrial.

Al igual que sus congéneres, que encontraron refugio junto a los taludes de las autovías o de las vías del tren AVE donde tienen prohibido disparar los cazadores, estos simpáticos animales se encuentran a sus anchas y han proliferado de tal manera que de vez en cuando es necesario hacer una batida para que su número no sea excesivo.

Tienen una función doble, por un lado habituar a los niños a admirar y respetar los animales del campo y, por otra, los conejos que se capturan son soltados en otros sitios donde las enfermedades y la caza excesiva los han diezmado. No olvidemos que son la dieta principal de animales tan emblemáticos y escasos como las rapaces  e incluso el mismo lince.

Texto y fotografías: ©Pablo S. Torras / countrysessions.org