En estas fechas se está juzgando al autor del doble antentado de la matanza de más de 70 jóvenes noruegos el 22 de julio de 2011, disparando sobre ellos cuando se reunían en una isla para debatir el proyecto político de su país, y autor también, momentos antes, de la exposión de una bomba en las calles de Oslo. Me gustaría saber en qué momento nos quisieron convencer que la única forma de resolver los problemas es mediante la violencia.
- © Pablo Torras/www.countrysessions.org
Cómo esa persona llegó a perder la ilusión y la alegría. Cuándo dejó de disfrazarse de vikingo o de mexicano. Cómo llegó a la conclusión de que para ser responsable de sus actos y consecuente con sus ideas no era serio tener ese andar a saltitos de felicidad de los niños.
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Cuando estuve en Oslo, tomé un barco para visitar las islas donde se encontraban el museo de los vikingos, que posiblemente llegaron a América por la ruta de Groenlandia, y del noruego Thor Heyerdahl explorador de los océanos, famoso por la expedición Kon-tiki.
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Recuerdo la ilusión y la mirada de los niños que oteaban con avidez los grandes veleros del puerto. Cómo luego abrían la boca al ver los barcos vikingos de bajo calado o la balsa de troncos atados con cuerdas. Pero esto son otras historias que continuaré en siguientes reportajes.
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Por ahora quiero quedarme en que debemos estar alerta para cuando perdamos esa alegría y nos pongamos muy solemnes. Es el momento previo a que tanta atadura nos impida ver las posibilidades continuamente cambiantes de la vida y perder la esperanza en el mañana. En estos días se celebra el 1º Congreso Nacional de Psicología Positiva en Madrid , donde se estudian aquellos factores que nos hacen fuertes para afrontar los problemas en los ámbitos clínicos, los laborales, los de relaciones personales y organizativas, e incluso en los estatales, donde el bienestar de la sociedad no se mide estadísticamente por el nivel de cosas adquiridas por sus ciudadanos.
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Hasta muy recientemente la psicología, al igual que la medicina, se fijaba en las causas de la en enfermedad, pero se había olvidado que el objetivo debe ser la salud y no la enfermedad y se dejó a esa mayor parte de la gente que pasando por una situación gravemente estresante y traumática no enferma. A este fenómeno de sobreponerse al dolor emocional se le llama Resiliencia. No pensemos que el caso de Noruega es un caso aislado, sólo tenemos que echar una ojeada a la historia o a la actualidad, y hagamos un examen diario de si cumplimos nosotros mismos estos requisitos:
Se proponen 6 virtudes que comprenden 24 fortalezas de la Personalidad:
- Sabiduría y conocimiento, dentro de las que se incluyen creatividad, curiosidad, mentalidad abierta, amor por el conocimiento y perspectiva.
- Coraje, que comprende valentía, perseverancia, vitalidad y autenticidad.
- Humanidad, en las que figuran amabilidad, inteligencia social y amor.
- Justicia, a la que pertenece la capacidad de trabajar en equipo, equidad y liderazgo.
- Templanza: Autorregulación, prudencia, perdón y modestia.
- Trascendencia: Apreciación de la belleza y la excelencia, gratitud, esperanza, humor y espiritualidad.
(Martínez Martí, M. L. El estudio científico de las fortalezas transcendentales desde la Psicología Positiva. Rev. Clínica y Salud. Vol. 17 nº 3 Madrid dic.-en. 2006)
Un pesimista no es un optimista mal informado, sino una persona abocada al fracaso porque su mente sólo está enfocada en las dificultades, en vez de fijarse a dónde quiere llegar y en poner los medios para conseguirlo.
© Pablo Torras/www.countrysessions.org
Texto y fotografías: © Pablo S. Torras
