El Noruego Thor Heyerdahl. La Expedición Kon_Tiki y la conexión peruana

Esta expedición realizada en balsa, es quizás la más famosa hecha por el explorador noruego y sirvió para demostrar que pudo haber una unión por mar entre la Polinesia y el Perú.

© Pablo Torras/www.countrysessions.org

Aunque estudios genéticos posteriores inclinan más la balanza a que la población de la polinesia viene del continente asiático esta expedición supuso entonces una verdadera revolución en el mundo de la antropología.

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La palabra balsa viene del nombre de una madera que crece en el Perú tan ligera que flota en el agua. En la construcción de la embarcación en 1.947, el único material foráneo fueron las cuerdas de cáñamo que demostraron ser menos resistentes que las de coco que se fabricaban en la zona. El nombre de la embarcación proviene del rey sol Kon-Tiki de la cultura Viracocha precolombina. Algunas coincidencias como que en la Polinesia pudieran recitar todos sus antepasados hasta llegar a Tiki y que para memorizarlos utilizaran un sistema de cuerdas con nudos como los sistemas Peruanos, que coincidieran también en la tradición de los hombres pájaros, que fueran abundantes las similitudes entre las figuras divinas de las cerámicas de ambos sitios y que al ser descubierta en 1722 se encontraran con algunos hombres blancos, hicieron que los estudios de zoología del entonces joven Heyerdahl se decantaran por la teoría de que los océanos lejos de ser una muralla infranqueable, eran una vía de comunicación y se aventurase  a cruzar el pacífico tan sólo con los medios de las culturas antiguas. Se dejó llevar por las corrientes y los vientos oceánicos,  producidos por el efecto de rotación de la tierra, en una aventura de 101 días y más de 4.700 millas.

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De sus maestros noruegos de la navegación, aprendió que los barcos de pequeño calado se deslizan sobre las olas, a diferencia de los grandes barcos que cabecean contra ellas, y de la experiencia con el mar, que el agua no anegaba la balsa sino que se filtraba entre sus juntas.

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Son muchas las anécdotas que se pueden entresacar de su libro sobre lo que le enseñó la mar, como que los cocos no pudieron haberse extendido viajando solos por el mar porque se pudrirían, tuvo que haberlos transportado alguien,  y en el Museo Kon-Tiki podemos observar el tamaño de la balsa comparado con un enorme tiburón ballena de más de 10 metros de longitud, aunque éstos nos serían los únicos tiburones que les acompañarían en su viaje. En el museo también podremos observar los peces voladores de los que se alimentaban y utilizaban como cebo, rememorar las  nuevas especies de peces que avistaron y observar las fotografías y algunos restos arqueólogicos de todas sus exploraciones.

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En efecto, esta travesía fue el preludio de otras expediciones marítimas en 1.970 para intentar otras conexiones con balsas como las RA I y II, construidas con papiros de Egipto, para ver la posibilidad de la unión entre el continente africano y el sudamericano,  o la del bote Tigris en 1.978 sobre el enlace entre  de las culturas de Mesopotamia, Egipto y el valle del Indus. En ésta última utilizó el barco mayor hecho con cañas y lo dirigió con la vela a diferencia de sus otros viajes. Después 6.800km y cinco meses de navegación, saliendo de lo más profundo de Irak, de llegar hasta Pakistán y de intentar adentrarse en le mar Rojo, hizo quemar su bote en protesta contra la intransigencia que le impidió continuar por causa de  las guerras locales. No sería la única protesta de este embajador de las Naciones Unidas que denunció la presencia de manchas de petróleo en alta mar procedente del vaciado de los tanques de los barcos para su limpieza. Ésta llamada de atención consiguió que las N.U. prohibieran dichas prácticas.

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Además de estas aventuras navales que le hicieron famoso, hay que desatacar también sus investigaciones sobre los descubrimientos de restos arqueológicos pre-incaicos en las islas Galápagos, a más de 1.000 kilómetros de la costa ecuatoriana, y sus investigaciones sobre las similitudes de la cultura de la isla de Pascua con la peruana y por las excavaciones que sacaron a la luz que toda la isla estaba cubierta por un gran bosque,  eliminado posiblemente  por la sobrexplotación de la cultura nativa y  la progresiva escasez de lluvia. El precedente de las llamadas de atención para lo que puede suceder en nuestros días con la deforestación en todos los continentes,  y en particular de las zonas tropicales.

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Texto y fotografías: ©Pablo Torras / countrysessions.org