El ser humano es un animal peculiar, cosa que ha demostrado a lo largo de toda la historia. Ya desde los albores de la humanidad encontramos ejemplos de lo curioso del comportamiento humano. Un ejemplo de esto es el yacimiento arqueológico de Scara Brae.
En la islas Orkney (Orcadas) al norte de Escocia, donde el viento, principalmente, y el aislamiento hacen la vida más difícil, hace 5.000 años un grupo de hombres decidieron que era un buen lugar para establecer su residencia. Fundaron lo que en la actualidad se conoce como el poblado de Skara Brae.
El asentamiento esta formado por diez viviendas agrupadas y fue ocupado entre el 3.000 y el 2.500 antes de cristo. El buen estado de conservación del mismo y su importancia hicieron que la UNESCO lo declarase patrimonio de la humanidad en diciembre de 1999, junto a los círculos megalíticos de Stenness y de Brodgar, así como diversas cámaras funerarias.
El yacimiento fue cubierto por lodo hace miles de años y no fue hasta 1850 cuando una tormenta descubrió los primeros vestigios. Entre 1928 y 193o fue totalmente escavado, revelando un pequeño poblado en el que un grupo de hombres y mujeres subsistían con lo que el mar les ofrecía. En las casas tenían espacios destinados a mantener vivos moluscos y crustáceos para su alimentación.