En una de las salidas que se hacen normalmente por la naturaleza para buscar temas apetecibles fotográficamente hablando; nos topamos con el refugio diurno de este mamífero volátil sin querer, pues lo que íbamos buscando es el nido tubular construido con barro de la golondrina dáurica y que se encuentra detrás de este murciélago ratonero grande “Myotis myotis”.
Está habitando en una estrecha grieta de dos bloques de piedra con los que se construyó el pequeño puente de carreta que sirve de drenaje para la misma.
Para hacer una fotografía que me convenciera tuve que ir ajustándome a la altura del puente y a la medida de la grieta por donde salía el hermoso “quiróptero”. Para la abertura de la grieta me tuve que ingeniar un soporte para acoplar dos fotocélulas y detectar más zona, pues alguna noche salía y no disparaba la cámara. Y la otra es la de acoplar otra rótula al trípode para hacerle más alto y dejar la cama lo más alta al techo del puente teniendo un mejor ángulo para cuando saliese el murciélago.