Talleres de fotografía. Una moda sin fondo.

Hoy queremos plasmar en este texto nuestra opinión, clara y contundente, como fotógrafos de Naturaleza que somos en Country Sessions, sobre los talleres y cursos de Fotografía de Naturaleza en este país, los cuales, en su gran mayoría, y bajo nuestra modesta opinión, carecen en absoluto del fondo y temario necesario para que los aficionados que asisten a ellos puedan descubrir de que se trata esto de ser «fotógrafo de Naturaleza«

©Andrés López / countrysessions.org

El mundo de la fotografía de naturaleza ha vivido en estos últimos diez años una evolución hacía un fenómeno imparable: los talleres de fotografía de naturaleza, un producto destinado a una abrumadora población de aficionados, que surge gracias a la fotografía digital, que también tuvo sus inicios casi al mismo tiempo.

La fotografía digital aportó a los iniciados en este arte, algo que hasta entonces era impensable, y era la posibilidad de ver los resultados de sus progresos de inmediato. Esto, junto con la evolución de  software de retoque fotográfico que permitía extraer de esas tomas colores y exposiciones antes impensables cuando se trabajaba con película, motivaron y motivan a multitud de personas a crear imágenes.

©Pablo S. Torras / countrysessions.org

Al mismo tiempo, casi a la par, ocurre en el mundo de la fotografía de naturaleza y el mundo editorial un desastre hasta ese momento nunca conocido en España: desaparecen de los kioskos multitud de publicaciones de temática medioambiental  y con ello desaparece prácticamente la actividad comercial de los fotógrafos de naturaleza que hasta ese momento, encontraban una forma de vida vendiendo imágenes de calidad a estas revistas. Hay que reinventarse. Ya no se vive de las fotos. El colectivo de fotógrafos de naturaleza profesionales y un mayor grupo de fotógrafos muy bueno, pero que no se encuentran fiscalmente legalizados para ejercer la profesión, y que hasta entonces vendían fotografías a editoriales grandes y pequeñas, buscan nuevas fórmulas para poder seguir trabajando como fotógrafos.

El hecho en sí mismo de la aparición en ese momento de los talleres de fotografía de naturaleza, no comienza así realmente. Los cursos de iniciación a la fotografía de naturaleza ya existían, y muy buenos, de manos de algunos de los mejores fotógrafos de este país. Gente como Oriol Alamany en Catalunya, José Elías en Extremadura, o el mismísimo Francisco Márquez, entre otros, ya llevaban tiempo compaginando su actividad como fotógrafos de viajes y naturaleza con la impartición de cursos.

Pero hubo un hecho que ocurrió en aquellos momentos que de alguna manera detonó el florecimiento de lo que ahora mismo conocemos como taller de fotografía. En noviembre del año 2003, el foro Fotonatura.org, muy popular y pionero en muchas cosas que han ocurrido después en la fotografía de naturaleza en España, organizó una salida para sus miembros al Parque Natural de Somiedo para fotografiar el otoño, y dentro de su programa de actividades los organizadores invitaron al fotógrafo de naturaleza profesional Antonio Real para que impartiera, de manera gratuita, un taller sobre fotografía de paisaje. Aquello, bajo nuestra opinión, de alguna manera, fue el inicio de este mercado actual.

A partir de aquel momento, desde este conocido portal de internet, se comenzaron a programar talleres fotográficos con precios asequibles, fichando a diferentes profesionales y/o semiprofesionales, así como fotógrafos aficionados de distintas especialidades, para que contaran  cuales eran los trucos para conseguir sus imágenes. El efecto dominó fue inmediato, y no solo desde Fotonatura. Muchos se apuntaron a esta nueva moda, al comprobar que el negocio era exitoso, alimentaba en algunos casos el ansia de fama, y por supuesto les reportaba un sobresueldo de fin de semana.

©Andrés López / countrysessions.org

Desde entonces, esto de los talleres de fotografía de naturaleza ha ido creciendo y expandiéndose, porque ha sido un negocio muy rentable. Cualquiera con un poco de conocimiento sobre cámaras, objetivos, tecnología en general, y especialmente programas de retoque digital y procesado o flujos de trabajo, se ha lanzado a convertirse en «profesor» de fin de semana. Tema aparte es el concepto «profesional» desde el punto de vista fiscal. No vamos a entrar a ese debate aquí, pues el objetivo es otro.

Mucha gente ha pasado con su cámara recién comprada por estos talleres y cursos. La gran mayoría son simples aficionados a la fotografía digital especialmente fascinados por la posibilidad de aprender a utilizar las técnicas de creatividad de Adobe Photoshop. Y por lo tanto, el concepto «fotografía de naturaleza» siempre ha sido algo secundario. Pero siendo secundario, ha tenido un efecto gravísimo sobre el colectivo, ya que todos estos aficionados han invadido foros, webs y asociaciones de encuentro de esta disciplina fotográfica, y de nuevo bajo nuestra opinión, desvirtuando el concepto básico, y por que no decirlo, volviendo todo muy mediocre.

La culpa de esta banalización de la fotografía de naturaleza, es una deriva obligada directamente de muchos de estos talleres y cursos que de forma masiva y sin control se imparten. Y lo que es más grave, que los promotores y «monitores» no han sabido o querido implantar en sus alumnos lo que significa realmente ser Fotógrafo de Naturaleza. El cliente demanda retoque, demanda capas, demanda «quiero hacer las fotos que veo en internet» y es lo que se le ha dado. Mucho software , mucha composición, mucha técnica fotográfica y mucho aprendizaje del uso de las herramientas fotográficas, pero tristemente,  poca docencia naturalista. Y es aquí donde radica el gran error de una gran mayoría de estos talleres de fotografía de naturaleza, su nula o inexistente calidad en cuanto a lo que significa conocer la naturaleza, amarla, respetarla, para finalmente, conocer las técnicas que nos permitan obtener imágenes de naturaleza con buena calidad.

©Ángel Trotter / countrysessions.org

Hace relativamente poco,  hemos mantenido una discusión acalorada con algunos aficionados habituales de este tipo de talleres. La discusión radicaba en la definición en si misma de lo que es fotografía de naturaleza y lo que no, debido a la presentación en un foro interno de una asociación de fotógrafos de naturaleza, de unas fotografías a las que se les había aplicado un filtro creativo de estilo pictórico de photoshop. Varios de estos habituales de los talleres, mantuvieron la opinión de que sí eran fotografía de naturaleza, con ese recurrente dicho de que dichas imágenes es «arte» o también el recurrente «es que eres un purista».

A pesar de haber demostrado en esa ocasión, con ejemplos muy claros, de qué es, y qué no es fotografía de naturaleza, estas personas se mantuvieron firmes, y creemos que simplemente es por el hecho de que no tienen criterio ninguno sobre este tipo de fotografía, algo que si se les hubiera inculcado de la manera adecuada en los talleres a los que han asistido, ni siquiera hubieran dudado sobre su opinión al respecto.

Casos como éstos ocurren frecuentemente y creemos que es simplemente porque estos aficionados a los talleres no están recibiendo lo más fundamental, que es saber de que va esto de ser «fotógrafo de Naturaleza». Si estuvieran recibiendo la educación adecuada, sabrían perfectamente que una fotografía procesada y retocada en el ordenador y con unos acabados simulando una acuarela, no tiene cabida en un foro de una asociación de fotografía de Naturaleza.

A nuestra manera de ver, la mediocridad que argumentamos en este texto es precisamente esto: una invasión de aficionados que, a diferencia de hace diez años, no respetan esta profesión ni a los que saben más que ellos, simplemente por el hecho de que se creen mejores porque han asistido al taller de fulanito o de menganito.

©Andrés López / countrysessions.org

Un taller de fotografía de Naturaleza no te capacita para ser fotógrafo de Naturaleza. Ser fotógrafo de Naturaleza siempre lo hemos entendido nosotros como la evolución de un bagaje que comienza en el campo, con un interés hacía la Naturaleza mucho más profundo que un simple paseo por el campo. Conocer los animales y las plantas, leer sobre ellos, estudiarlos, aprenderse sus nombres científicos, leer la obra de Félix Rodríguez de la Fuente, Gerald Durrell, Valverde, etc etc… Una evolución lógica que pasa de observar con unos prismáticos a las aves, a querer captarlas con una cámara fotográfica.

Pero el que desea asistir a un curso o taller de fotografía de Naturaleza debería ser más exigente con el temario que va a recibir, y especialmente haberse informado previamente de que es lo básico que necesita que le enseñen, empezando por el Código Ético del Fotógrafo de Naturaleza, la base fundamental y obligatoria que debe conocer todo aquel que quiere lanzarse al campo o la montaña a fotografiar.

A partir de aquí, creo que es muy necesario revisar a fondo que debe y que no debe llamarse «Taller de Fotografía de Naturaleza» porque, tal y como lo vemos nosotros, ese teórico taller debería ser mucho más amplio, o debería estar compaginado con otro tipo de temario, dedicado al simple y a la vez tan complicado hecho de saber salir al campo. Es motivo de vergüenza para todos los fotógrafos de Naturaleza encontrar hoy día multitud de referencias a malas prácticas de aficionados a la fotografía que han sido denunciados o multados por estar haciendo cosas mal. Como muestra tan solo tenemos que hacer búsquedas en internet sobre el lince en la Sierra de Andújar. Es abrumadora la lista de noticias sobre actuaciones de la Guardia Civil sobre fotógrafos que se han adentrado en fincas persiguiendo a ejemplares de lince incluso hasta la misma boca de la madriguera de cría. Como estos, existen muchos más casos, o el delicado y controvertido caso de Donna Nook, en Gran Bretaña, donde la playa es literalmente invadida por fotógrafos que no se limitan a fotografiar con respeto a las focas. Se llega a tocarlas, o incluso hay imágenes de fotógrafos haciendo literalmente «el ganso» junto a los animales, poniendo en riesgo muchas veces a esta colonia de mamíferos marinos. Se que este caso en concreto es algo que no todos y todas estarán de acuerdo, pero el hecho es que si esa colonia de focas estuviera en la costa española, y existiera una línea roja marcada con una cuerda, promovida por una asociación de conservación de la naturaleza, estamos seguros que nadie la cruzaría. Pero parece que el hecho de estar en otro país, y no existir una normativa específica (algo que reconocemos que es insólito) que prohíbe entrar en la playa, da libertad a los fotógrafos para cruzar dicha línea y no atender las recomendaciones de las Ong’s de conservación que allí están velando por la conservación de la colonia de focas.

Pero lo más triste, cuando se habla con estas personas acerca de este tema, es la constatación de que anteponen su «sagrado derecho» a fotografiar, al derecho del sujeto fotografiado y a su bienestar. Literalmente, no les preocupa para nada que puedan provocar el abandono de las crías, expulsar de su territorio a cualquier animal, destrozar una planta, etc. Simplemente, quieren conseguir la mejor fotografía, y no importa el coste que ello implique.

Todo esto que acabamos de plantear es tan solo un argumento para demostrar que aprender a ser fotógrafo de Naturaleza es mucho más profundo que el simple hecho de asistir a varios talleres de fotografía, aunque sus promotores o monitores sean reconocidos fotógrafos. Aunque el monitor fuera Frans Lanting, si no sabe inculcar el respeto y el amor por la Naturaleza a sus alumnos, el taller no tendría ningún sentido.

©Andrés López / countrysessions.org

Así que finalmente, queremos desde este blog y este artículo de opinión hacer un llamamiento a todos y todas aquellos/aquellas que se dedican a realizar y promover talleres y cursos de Naturaleza para que revisen sus temarios y consigan que sus cursos sean realmente cursos de amor por la naturaleza a través de una cámara fotográfica.

También queremos hacer un llamamiento a todo aquel o aquella persona que está pensando en hacer alguno de estos cursos, para que sea exigente con lo que paga, y que rechace, si es que todavía no ha recibido formación alguna, todo aquel taller o curso que simplemente se limite a repetir las fotos de otros, o a aprender a «fabricar» imágenes digitalmente.

No es que esto esté mal, pero es el paso final después de haber aprendido muchas cosas antes, como comportamiento en el campo, como instalar un aguardo, saber cuando estás molestando a un animal, respetar las épocas de cría, etc etc… en definitiva,  formarse como fotógrafo de Naturaleza. Lo demás, es técnica e informática. Y por supuesto, ni que decir tiene que los alumnos exijan factura, como prueba fiscal y fiable de que el profesor es profesional y está al día de sus obligaciones como profesional de la fotografía.

Hemos revisado en estos días multitud de ofertas de talleres y sus programas y temarios, y no hemos encontrado en la mayoría de ellos ni el más simple comentario sobre el respeto hacia lo que se va a fotografiar. Ni siquiera una mención al Código Ético del Fotógrafo de Naturaleza.

Esta es nuestra opinión, pero por supuesto y como hemos dicho ya reiteradamente en este texto,  para nada pretende ser una verdad absoluta. Simplemente queremos destacar el hecho de que hay muchos talleres ahora mismo en el mercado de la fotografía que se definen en su título como «Taller de Fotografía de Naturaleza» pero en sus temarios no aparece ni un solo punto que haga referencia a la Naturaleza. A ver si esto empieza a cambiar, aunque nos haya costado diez años corregirlo.

©Andrés López / countrysessions.org

Hay mucha oferta y hemos intentado presentar aquí los que creemos que destacan en este océano de talleres. Para nosotros, son los mejores, pero no quiere decir que sean los únicos que añaden dentro de sus talleres un mensaje de respeto y de conservación de la naturaleza, mas allá de los programas que simplemente imparten técnica fotográfica y/o informática. A partir de ahora vamos a incorporar a este blog una categoría de Talleres de Fotografía de Naturaleza recomendados, donde iremos incorporando productos de este tipo que, bajo nuestra opinión, cumplen unos requisitos mínimos en cuanto a lo que se supone que es aprender a ser FOTÓGRAFO DE NATURALEZA.

Para empezar, os presentamos los que en nuestra opinión, son algunos de los mejores fotógrafos que imparten cursos de fotografía de naturaleza en España:

-Oriol Alamany (www.alamany.com)
Uno de los grandes fotógrafos de Naturaleza y viajes. No solamente es quizá el pionero en esto de la docencia, sino que le avala una trayectoria profesional impresionante y sus cursos y talleres son de lo mejor que uno puede recibir si busca introducirse en la fotografía de Naturaleza.

Iñaki Relanzón (www.photosfera.com) 
Al igual que el anterior, Iñaki tiene una larga y conocida trayectoria. Sus charlas y talleres están muy implicadas con el mensaje de conservación y naturalista que debería tener cualquier actividad de este tipo. Muy recomendable.

-Eduardo Blanco (http://ebmfoto.com/)
Eduardo además de ser un gran amante de la naturaleza, tiene muy claro como se tienen que hacer las cosas, y son muchos aficionados los que recomiendan sus talleres.

Diego López (www.diegolopez.es)
Fotógrafo muy reconocido internacionalmente, y que actualmente es miembro del proyecto Wild Wonders. Muy recomendable.

-Antonio Real (paisajesconalma.com)
Un fotógrafo paisajista que tiene una trayectoria de 20 años, publicando en todas las revistas de viajes y naturaleza, y poseedor de varios reconocidos premios. Ante todo, Antonio es un enamorado de su tierra, y sus cursos y talleres son un reflejo de esto.

Texto: © countrysessions.org