Colegiata de Cervatos: erotismo en el románico

En pleno corazón de Alto Campoo, en Cantabria, encontramos la Colegiata de San Pedro de Cervatos, construida hacia el año 1129, según se lee en uno de los lados de su portada.

© Javier Abad / countrysessions.org

De la misma manera que los monasterios del valle de Liébana o el de Santillana de Mar, Cervatos es un concesión de un señor feudal o del rey a unos monjes que se habían establecido en ese lugar para erigir una hermita donde orar y guardar ciertas reliquias. La concesión de esos privelegios hace que con el tiempo se conviertan en centros de poder que controlan buena parte de la producción agraria de su entorno.

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A principios del siglo XII , el Camino de Santiago está en pleno apogeo, y Palencia y Burgos se llenan de construcciones de un nuevo estilo, el románico, que en Cantabria comienza por el sur y se extiende hasta el mar a traves del valle de Besaya.

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Encontramos un cartel en la puerta de la portada principal, de forma abocinada y con arcos de medio punto y un tímpano de tracería adornado de tallos y hojas entrelazadas donde se nos avisa de que si queremos visitar la colegiata debemos llamar a Maribel. Así lo hacemos, y muy amablemente, Maribel nos dice que estará en la puerta en unos minutos. Nos cuenta que solo en verano hay un horario de visita, y que el resto del año, es ella la que suele mostrar la colegiata y hablarnos sobre su arquitectura y  su historia.

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El edificio, construido en piedra de sillería, está situado en una colina y se compone de un ábside semicircular, precedido de un corto tramo recto que da paso a una sola nave de tres tramos, y una torre de campanas de tres alturas que se construyó al finalizar las obras del templo al final del siglo XII.

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Sin embargo, lo que distingue verdaderamente a la colegiata de Cervatos del resto de colegiatas románicas es lo destacado de su expresividad  erotico-sexual, mucho más allá las representaciones de la lujuria que aparecen de forma frecuente en los templos de estilo románico,  y que habitualmente presentan junto a ellas,  las penas en forma de demonios y tormentos que conllevaría dicho comportamiento en el más allá.

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Cervatos va mucho más allá. La abundancia de temas explicitamente sexuales no se acompañan de la representación del castigo reservado a los pecadores que comenten dichos actos. Máscaras, personas fornicando, onanistas, figuras sentadas en posiciones indecorosas… en definitiva, una iconografía de marcado caracter obsceno, algo que a veces aparece en lugares relativamente alejados del camino de Santiago, pero que en Cervatos alcanzan un gran realismo y expresividad, que la destacan a nivel nacional.

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Nos cuenta Maribel que una de las hipótesis que se barajan para explicar esto, es la baja natalidad que solía haber en estas zonas, y que de alguna manera, estas representaciones incitaban a la procreación con la muestra de estas esculturas en los exteriores del templo. Quién sabe, quizá la explicación sea otra, o simplemente será que vemos con nuestros ojos del siglo XXI algo que no nos entra en la cabeza que pudiese existir en un templo católico del siglo XII, y sin embargo fuese un reflejo de la vida cotidiana.

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En cualquier caso, lo que se presumía como una visita a otro templo románico de los muchos que pueblan nuestra geografía, se convirtio en un viaje a aspectos para mí desconocidos del románico, y de los relieves que normalmente adornan estas construcciones religiosas.

Una visita recomendada, que no nos llevará demasiado tiempo, y en la que Maribel (si no vamos en pleno verano), nos explicará con verdadero entusiasmo la historia de la colegiata de Cervatos, su arquitectura, y todos aquellos aspectos que hace de Cervatos algo realmente singular.

Texto y fotografías © Javier Abad / countrysessions.org

Fotografías realizadas con Panasonic Lumix LX-5 y procesadas con Adobe Lightroom