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Todo
comenzó cuando en torno a las 9:00 de la mañana, dos
aviones se estrellaban contra las míticas torres gemelas
del World Trade Center, en el corazón de Manhattan.
Nadie se podía imaginar la trascendencia
de este nuevo Pearl Harbour. Una tragedia seguida en directo por
millones de espectadores que no se creían lo que estaban
viendo. |
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El
primero de los aviones era un Boeing 767 que había despegado
del aeropuerto de Boston con destino a Los Ángeles. Julianna
McCourt, una niña de cuatro años, fué la víctima
más joven. Viajaba de Boston a Los Ángeles con su
madre Ruth Clifford. El avión en el que volaban se estrelló
contra la torre en la que trabajaba Rinnie Clifford, hermano de
Ruth, que logró salvarse. Un pasajero que no dió su
nombre llamó al periódico Boston Globe y dijo: "Han
comenzado a matar a las azafatas".
Ahora el World Trade Center se ha convertido en
un lugar de culto. Miles de personas lo visitan. Unos para rezar,
otros por curiosidad, y los hay que hasta hacen negocio haciéndose
pasar por supervivientes, y a modo de "speaker" cuentan
su versión de los hechos, y luego venden sus fotos y pequeñas
reliquias a los turistas. |
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Se
cumple ahora un lustro desde aquella trágica mañana
en Nueva York, y los camiones no han cesado de entrar y salir con
escombros. El socavón que han dejado las torres es casi como
un abismo dónde perdieron las vidas mas de 3500 personas,
sin duda el mayor atentado terrorista en la historia de la civilización,
y cuyas consecuencias aún no se sabe hasta cuando nos van
a seguir marcando nuestras vidas.
Desde algo tan sencillo como un cortauñas
en un neceser, se ha convertido en un arma letal.
A modo de homenaje se han colocado una placas |
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