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A veces, cuando ya crees que lo tienes visto y fotografíado todo lo que buscabas, te encuentras con lo que menos te podías haber planteado cuando planeabas el viaje en casa. Después de dos días recorriendo playas y acantilados, miradores y campos de chumberas, y de haber disfrutado de una Almería sorprendente, floreada primaveralmente y muy alejada de los tópicos deserticos que te esperas, te encuentras con una mañana de domingo gris y amenazadora de tormenta, que te invita a volver a casa pues poco más vas a sacar de la "chistera" para completar ese reportaje de Cabo de Gata que habías planeado.

Intentando fotografiar un arcoiris inesperado que se ha producido entre las nubes de la tormenta, giras la vista hacia la playa próxima que se observa a lo lejos, y de pronto atisbas, entre grandes olas producidas por el viento del temporal, un pequeño punto negro que se desplaza sobre la ola con gran rapidez. De pronto caes en la cuenta, ya que casi no te lo crees por lo inverosimil de la situación y la climatología. Están haciendo surf y rapidamente tomamos la decisión algunos de obtener fotos de esos deportistas que a buen seguro van a enriquecer ese reportaje de la zona que hemos estado visitando durante dos días.

En una mañana como esta, no te podrías imaginar que ibas a encontrar un buen grupo de buena gente, que sorteando nubes, lluvia y rocas, disfrutaban de lo que, seguramente la gran mayoría de ellos han convertido en una forma de vida. Pero que curioso, como nosotros los fotógrafos, que por lo menos en Country Sessions hemos adaptado una afición-profesión a nuestra propia existencia, hasta el punto que todo lo que ocurre en nuestra vida tiene que pasar por delante de nuestro particular objetivo para quedar grabado en un sensor o película para toda la vida. La gente que surca las olas encima de una tabla en esa mañana gris, a buen seguro que no estarían dispuestos a cambiarse por nadie en el mundo en ese momento que ven llegar la ola de su vida, aunque sea aquí, en el Cabo de Gata.

Podemos asegurar sin lugar a dudas que hemos disfrutado de este par de horas en la playa con esta gente valiente, un poco loca y por encima de todo muy interesante como amigos casuales y que no tuvieron ningún inconveniente en intercambiar direcciones con nosotros e interesarse por nuestra actividad y el por qué de esas pedazo de cámaras y objetivos. Estamos seguros que volveremos a esta playa esperando encontrar a esta buena gente y continuar una interesante relación que nos ha satisfecho a todos enormemente.
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