LA TORTUGA MORA, JOYA DE NUESTRA FAUNA

Texto: © Pablo S. Torras
Fotografías: © www.countrysessions.org

Recientemente se ha cumplido el año del terremoto de Lorca que nos despertó recordándonos lo frágiles que somos frente a las fuerzas de la Naturaleza. No muy lejos de Lorca se encuentra el hábitat de un animal que también nos recuerda que no somos más que unos advenedizos en la historia del planeta Tierra. Tan exótico y perteneciente a otras épocas nos parece, que cuando la gente de las urbanizaciones del boom económico de la costa lo ven, piensan que se ha escapado de alguna casa en la que estaban como animal de compañía, y lo recogen pensando que no podría sobrevivir sólo.

La historia de las tortugas se remonta tan atrás que Darwin se inspiró de la Teoría de la Evolución cuando las vió frente a Ecuador en las islas cuyos parientes marinos dieron el nombre al Archipiélago de las Galápagos.

Las tortugas son una  fortaleza andante. Su caparazón perfectamente encajado es inexpugnable y fue imitado por las legiones romanas para proteger su infantería con los escudos.  Cuando se recogen dentro de él, sólo quedan visibles las garras, un temible conglomerado de escamas, a la vez defensivas y excavadoras, y  su boca en forma de pico. En los ejemplares juveniles se puede apreciar más el filo de sus tiernas escamas. Pero no nos debemos dejar engañar por su aparente fragilidad, ya que las que tiene en la zona de la cabeza son como un afilado diamante que le sirve para romper el cascaron del huevo al nacer.

Por el aspecto de su cuerpo puede parecer pesada y lenta, pero nada más lejos de la realidad, como pudimos comprobar cuando intentamos hacerles fotos de primeros planos andando. Si bien llaneando y cuesta abajo se puede ver su velocidad, cuesta arriba o superando obstáculos podemos observar su capacidad para superar los desniveles y las grandes piedras que encuentran en su camino.

Uno no sabe cómo son capaces de orientarse entre las altas hierbas para localizar el alimento  o a otros congéneres. Ya es una ardua labor tratar de localizarlas entre los arbustos y las piedras donde se camufla. Es una tarea casi imposible, si no fuera por la experiencia y la ayuda que nos prestó la gente de la asociación ANSE (Asociación de Naturalistas del Sureste) , que con su Proyecto Testudo está empeñada en la conservación de la tortuga mora ( Testudo graeca ) , de la rehabilitación de su hábitat y de hacer de la divulgación y conocimiento de este quelonio una herramienta para sensibilizar a la población sobre la necesidad de conservar esta especie en las estepas semiáridas del sureste de la península. Para ello, ha realizado una campaña educativa en los centros escolares pertenecientes al área de distribución de la Tortuga mora en la Región de Murcia.

La investigación que llevan a cabo intenta que sea compatible con el desarrollo económico y el sostenimiento de la zona. Buscan soluciones  para los retos de la tradicional huerta murciana, que consciente de la escasez del agua en este territorio semiárido,  se ha convertido en una marea de plásticos de invernaderos que como olas van invadiendo poco a poco las llanuras,  o la construcción de  de urbanizaciones  de sol y playa  que han dado lugar a campos de golf y urbanizaciones llenas de chalets y jardines donde se derrocha el agua. La reintroducción de ejemplares y la concienciación de los escolares para un mejor  y más ecológico aprovechamiento de los escasos recursos del lugar pueden ser algunas de las soluciones de futuro.

Si quieres saber más sobre el Proyecto Testudo y ANSE, visita nuestro blog.