Ibis eremita.

Esta es una de esas noticias que pasan prácticamente desapercibidas en los medios porque el animal en cuestión no goza de los favores publicitarios como otros por parte de los medios de comunicación. El caso es que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía hacía pública la noticia el pasado 6 de junio: una pareja de Ibis Eremita (Geronticus eremita) que habían sido criados en cautividad y reintroducidos posteriormente, ha anidado en los acantilados del Parque Natural La Breña y Marismas del Barbate.


Fuente: Zoobotánico de Jerez

A pesar de que otros países como Austria o Israel habían puesto en marcha iniciativas similares, el nido que esta pareja tiene en los acantilados de este espacio protegido gaditano certifica el buen funcionamiento del Proyecto Eremita, ejecutado por la Consejería de Medio Ambiente en colaboración con el Zoobotánico de Jerez bajo el asesoramiento científico de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y el Grupo Internacional de Expertos en Ibis Eremita (IAGNBI). Hasta la fecha nunca se había conseguido que ejemplares de esta especie nacidos en cautividad se aclimatasen al medio natural e iniciasen las pautas de reproducción.

Se da la circunstancia que las aves que integran esta pareja nacieron en cautividad en el Zoobotánico de Jerez en 2004 en el marco del programa de cría en cautividad del Proyecto Eremita. Fueron criadas a mano por los voluntarios, primero en el Zoobotánico y posteriormente en las instalaciones que gestiona la Consejería de Medio Ambiente en la Sierra del Retín.


Fuente: Zoobotánico de Jerez

Tras un prolongado periodo de aprendizaje y aclimatación al medio (en el que se alternaron periodos de cautividad y sueltas temporales), estas aves han permanecido en libertad desde noviembre de 2006, formando parte de un grupo de una veintena de ibis eremita que, tras su liberación experimental, se han asentado en la costa del Sur de Cádiz.

Al inicio de la presente temporada de cría el macho que ahora anida en los acantilados se había emparejado con otra hembra e, incluso, habían llegado a construir un nido en una de las instalaciones de cría ubicadas en El Retín. Antes de la puesta la hembra enfermó y los técnicos del proyecto tuvieron que trasladarla al Zoobotánico para someterla a un tratamiento de cura. El macho se volvió a emparejar con otra hembra y ahora la pareja incuba sus huevos a la espera de que en las próximas semanas acaben eclosionando, certificando el éxito de la cría en libertad y abriendo una nueva y valiosa línea de conservación en pro de una de las aves más amenazadas del planeta.

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