Las navajas de Taramundi tienen su fama porque están forjadas una a una, nada de procesos industriales. Su proceso nos recuerda mucho a la forma en que se forjan las grandes personas.
© Pablo Torras/www.countrysessions.org
Para conseguir su dureza, tiene que adquirir la temperatura suficiente en unas brasas reguladas por la entrada de aire mediante una mano del forjador, bien con un fuelle o bien con el efecto Venturi que explicamos en otra entrada del Molino de Compludo, para adquirir un rojo-blanco cerca del punto de fusión en el que se empieza a fundir y es más fácilmente moldeable.
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Este proceso de moldeamiento tiene que ser muy preciso y muy similar a “La forja de un Rebelde”, parafraseando el título de Arturo Barea.
Al igual que en otros aspectos de la vida, nos fijamos claramente en el objetivo a llegar, como dice Machado en la canción “golpe a golpe verso a verso” mimando el hierro hasta romper su estructura cristalina interna y formar un el elemento nuevo la «austenita» en el que adquiere su máxima dureza.
De la misma manera se forma el hombre nuevo, tras el esfuerzo de superar sucesivas y certeras metas que le hacen romper con los muros de cristal y las redes de los vínculos atávicos.
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No se trata de “castigar” el hierro porque entonces se produce el efecto contrario, se debilita y se vuelve quebradizo. Igualmente, en la vida de una persona el castigo no nos dice lo que tenemos hacer, sólo nos informa de los caminos que no tienen salida.
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Luego viene el templado con agua para adquirir una temperatura adecuada, dependiendo de si queremos unas moléculas más gruesas o más pequeñas si necesitamos un material más fuerte o más flexible.
En la vida real nos pasará lo mismo. Las cosas en caliente no sirven, es necesaria la prueba más dura, la de la reflexión y la meditación hacia dónde queremos llegar.
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Las navajas son el máximo exponente de los instrumentos realizados en la fragua, pero no se quedan atrás otros útiles rurales como los calderos,
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Las ruedas de los carros,
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Los rastrillos del arado,
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Las cerrajerías para las puertas y las colmenas artesanales para las abejas, etc.
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Un punto y aparte lo dejamos para otro de los materiales de la naturaleza que nos fascinan: la madera. Con ella podemos construir diferentes utensilios de cocina, como paletas, cucharas, el palo mielero, cascanueces, etc.
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O bien para la escultura, como nos contaba un artesano que encontramos en la zona de Vegadeo en la época en que todavía nos manejábamos con diapositivas. Reconstruyó todo un altar Barroco que se había destruido y que donó gratuitamente al pueblo porque aquello no tenía precio. Cosa que no pusimos en duda dadas las piezas que tenía arrinconadas en su taller. Ése es el espíritu generoso asturiano.
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Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
DATOS DE LA FOTOGRAFIA
Olympus O-MD E-M1
Objetivo Olympus 12-40mm 1: 2.8 PRO
Objetivo Olympus 40-150mm 1: 2.8 PRO y Duplicador x1,4
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