Crhistian, un amigo.

Los animales son sorprendentes y fantásticos. Hoy me he encontrado por casualidad con esta historia buceando en Internet, y creo que no importa si es muy vieja o reciente, pero después de conocerla quería compartirla aquí con todo el que todavía no la conozca.

Resulta que John Rendall y Anthony Bourke, dos jovenes australianos, en 1969 decidieron comprar un cachorro de León en los almacenes Harrods de Londres. Le bautizaron con el nombre de Christian y lo criaron en su apartamento con la ayuda de sus novias. Cuando empezó a tener un tamaño y peso considerable, parece ser que las autoridades locales instaron a estos dos amigos a que buscaran un sitio mejor para el animal.

Finalmente llevaron a Crhistian el león a una Reserva de Vida Salvaje en Kenia para que viviera en una relativa libertad junto a otros leones. Un año después, los dos amigos decidieron visitar de nuevo a su querido león. Querían saber de él y como se encontraba. Los responsables de la Reserva les advirtieron que después de tanto tiempo y tratandose de un animal con unos instintos básicos tan salvajes era más que seguro que no se acordara de ellos por lo que tuvieran mucha cautela. Después de recorrer la reserva durante varias horas buscando a Christian por fin dieron con él, y este es el video del momento del encuentro. El video es de la película original de Virginia McKenna, fundadora de Born Free Foundation.

Según los relatos de John al Daily Mail, en 2007, “…una amiga fue al departamento de animales exóticos de Harrods buscando un camello, a lo que el gerente contestó muy fríamente: ‘¿Con una o dos jorobas, señora?’ ‘Ace’ y yo pensamos que la respuesta era lo más sofisticada que habíamos oído nunca, así que nos decidimos comprobar la veracidad de la misma. Al llegar a la tienda encontramos, en una pequeña jaula, un magnífico cachorro león que había sido adquirido en el zoológico Ilfracombe. Realmente nos afecto esa imagen y decidimos que teníamos que hacer algo al respecto. La tienda estaba muy interesada en deshacerse del cachorro, ya que en una oportunidad se había escapado haciendo estragos en la sección de alfombras. Así fue como por 250 guineas Christian se convirtió en un león urbano”.

De esta forma, durante el siguiente año los dos hombres (junto a la novia de Rendall, la actriz Jennifer Mary) criaron al cachorro en el sótano de la tienda de muebles Sophistocat donde el león se convirtió en una popular figura. Sin embargo, cuando Christian pasó de sus iniciales 16 kilos a 84 kilos en un año, se dieron cuenta de la dificultad de su mantenimiento y se pusieron de acuerdo en que el león tendría que ser trasladado a un ambiente más propicio.

Por casualidad, un día Bill Travers y Virginia McKenna – las estrellas de la película de 1966, Born Free – entraron en Sophistocat en busca de un escritorio. Los actores les sugirieron que el conservacionista George Adamson (cuya esposa, Joy, había escrito el libro en que se basaba la película que habían filmado acerca de sus experiencias reales en la crianza de un cachorro de león y su siguiente rehabilitación en el medio silvestre) podría ser capaz de ayudarlos a encontrar un hogar para Christian.

Rendall y Bourke finalmente volaron con Christian a Nairobi, Kenia, donde se reunieron con George Adamson, quien los ayudaría a reinsertar al león en una vida independiente y de total integración junto a otros leones, en la Reserva Kora de Kenia.

Si bien con el paso del tiempo John y ‘Ace’ siguieron haciendo visitas esporádicas a Kenia, la mayoría de las veces siguieron las aventuras de Christian desde lejos. Finalmente, en 1974 George Adamson les escribió para decirles que el león ya se había adaptado completamente a la naturaleza, siendo totalmente autosuficiente. Ese fue un momento agridulce para todos los interesados.

Rendall y Bourke decidieron viajar a Kora por última vez, con la esperanza de poder despedirse de Christian, a lo que Adamson les aseguro que sería un viaje inútil ya que el león no había regresado en los últimos nueve meses. Adamson les aseguro que “…no tenemos ninguna razón para pensar que esté muerto – ya que no ha habido informes de leones cazados furtivamente o muertos. Pero lo mas probable es que tal vez nunca mas regrese”, les dijo. Rendall recuerda que le dijo: “OK. Apreciamos tu sugerencia, pero igualmente deseamos ir de todos modos y ver que ocurre”.

Al llegar al campamento en Nairobi, Adamson salió a reunirse con ellos y simplemente les dijo: Christian llegó ayer por la noche, junto a su hembra y sus cachorros. Está afuera del campamento esperando por ustedes”. Adamson y su esposa Joy a menudo mencionaban sobre la aparente y misteriosa capacidad de comunicación telepática de los leones, particularmente entre hombres y leones. Ambos creían que éstos están dotados de un sexto sentido y George estaba convencido de que un día encontrarían una explicación científica a ésta apreciación. Al parecer, allí tenían una prueba.

Christian nos miraba fijamente y en forma muy intensa”, mencionó Rendall. “Lo llamamos y, poniéndose de pie, comenzó a caminar hacia nosotros muy lentamente. Al asegurarse que éramos nosotros comenzó a correr y se arrojó y nos abrazó, como hacia de cachorro, poniendo sus patas sobre nuestros hombros”.

Lamentablemente, esa reunión fue la última que hubo, ya que a partir de ese momento nadie mas volvió a ver a Christian.

Catorce años más tarde, George Adamson, fue emboscado y asesinado por los furtivos.

Podría ser la historia más bonita que conozco desde hace mucho tiempo, o una auténtica noñería -también lo reconozco- pero lo que si tengo claro viendo estas cosas, es que los animales nos dan mil vueltas en todo a los humanos en todos los aspectos. Nosotros los matamos, exterminamos, maltratamos, abandonamos en las carreteras, los compramos como juguetes para nuestros hijos, nos los comemos y les hacinamos en jaulas, etc etc etc y ellos tan solo nos devuelven todos los días historias como ésta que os traigo hoy aquí.

No os perdáis la historia completa y ver más imágenes de Christian aquí.

©Andrés López / countrysessions.org