La encina de Artzeniega y los primeros brotes primaverales

El santuario de Nuestra Señora de la Encina de Artzeniega toma su nombre de la centenaria encina donde la tradición afirma que se apareció la Virgen a una pastora. Sus ramas dan cobijo a los peregrinos, y a las gentes del pueblo que se reunían hasta principios de siglo para pagar el impuesto del ganado y poder entrar así en el recinto ferial en septiembre, en la fiesta de la natividad de Nuestra Señora. En el año 1.812 las Juntas Generales de Álava declararon a la Virgen de la Encina patrona de Álava junto a San Prudencio.

Esta encina está catalogada entre los árboles singulares de Álava y aparece ya representada en el escudo de la villa. Sus dimensiones son: Perímetro a 1,3 m. es de 8,6 m., Altura del fuste 4,25 m; Altura total 25 m;  y Diámetro de copa 28 m. Junto a él se encuentra un gran ejemplar un descendiente suyo del que data del año 1.918

En las cuevas de la sierra cercana se han enconrado restos prehistóricos y la importancia de este enclave al noroeste de Álava data ya de la época de los romanos, siendo  el cruce de caminos de varias rutas comerciales vigiladocustodiados desde la casa-torre de las cercanías.

Después de ver la magnitud de este buen ejemplar de encina, me acerqué a los árboles del parque cercano, que aunque no tan grandes, eran igualmente magníficos.

Me llamó la atención los nuevos brotes que surgían de unos de ellos. Pasaría desapercibido entre otros muchos brotes, si no fuera porque las hojas que salen del mismo no coinciden con el tronco del roble donde se encuentra. Sobre la parte muerta de la corteza del  mismo, ha crecido la semilla de un nuevo árbol. El tiempo dirá cuál de los dos prevalecerá.

Texto y fotografías © Pablo S. Torras / countrysessions.org