Poco a poco nos acercamos al verano. Los días cada vez son más largos, la temperatura no deja de subir y los campos de cereal empiezan poco a poco a amarillear.
© Miguel Ángel Fernández / www.countrysessions.org
Dentro de la ciudad es muy fácil abstraerse del ritmo que marca la naturaleza, que es el que siguen los propios agricultores, pero aunque no lo parezca, queda menos para la cosecha.
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Estos días son muy buenos para aproximarnos a un campo de cereal y disfrutar de nuestra afición imortalizándolo con nuestras cámaras. El verde es todavía el color predominante en el campo, los atardeceres suelen verse acompañados de alguna nube evitando la monotonía de los cielos limpios y la temperatura todavía no es sofocante. Eso si, siempre con el máximo respeto, las grandes extensiones de cereal son fruto del duro trabajo y de ella dependen muchas familias.
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Así que, cojamos nuestros equipos, acerquémonos a un campo cercano y disfrutemos de un agradable momento fotografiando uno de los pilares de la vida moderna, la agricultura de los cereales.
Texto y fotografías: © Miguel Ángel Fernández / www.countrysessions.org
