De nuevo los venenos en Segovia.

El pasado día 3 de abril el diario 20minutos recogía la noticia: Entre los días 27 y 31 de marzo pasados, aparecieron muertas numerosas aves envenenadas en la provincia de Segovia, entre los términos municipales de Cantimpalos, Armuña, Yanguas de Eresma y Roda de Eresma.


©Andrés López / countrysessions.org

Se trata de cinco buitres negros, dos buitres leonados, once milanos reales, dos milanos negros, un azor, seis busardos ratoneros, un aguilucho lagunero, tres cornejas negras, cuatro cuervos, tres urracas y dos zorros. Evidentemente, esto es lo que ha aparecido hasta ahora, pero con total seguridad seguirán apareciendo cadáveres a lo largo de las próximas semanas, porque el envenamiento de fauna es lo que tiene y por eso les gusta tanto a los desgraciados que lo ponen en el campo: que se disemina y propaga más allá de lo controlable. Un animal muerto por veneno en el campo es carroña y alimento para otros, y estos mueren también por el veneno, y así sucesivamente.

Parece ser que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León está investigando la muerte de este casi medio centenar de aves rapaces protegidas y otras especies animales, poniendolo en conocimiento de la autoridad judicial.

SEO/BirdLife también ha denunciado los hechos, de por sí muy graves, ya que el lugar donde se han encontrado los animales se incluye en la zona de alimentación de dos parejas de águila imperial y es una zona de uso muy intenso dentro del área de campeo de la población de buitre negro de la Sierra de Guadarrama, una de las más importantes de España. Asimismo, también se ubica dentro del área de influencia de la población de buitre leonado y alimoche del cercano Parque Natural de las Hoces del río Duratón.


©Javier I. Sanchís / countrysessions.org

En este nuevo episodio de venenos, es significativo el elevado número de milanos reales muertos, la especie sin duda más afectada, cuya población reproductora está sufriendo un acusado declive en los últimos años (estimado en un 50% en 10 años) y cuya situación es muy preocupante en la provincia de Segovia, donde el descenso de su población en 10 años se estima que podría llegar al 70-80%.

Me gustaría recordar que ya hay precedentes muy graves en Segovia de igual índole desde hace años. De hecho, el 28 de diciembre del 2008 aparecieron dos aguilas imperiales también envenenadas en el término municipal de Cobos de Segovia. En este caso, fue el Seprona el que abrió diligencias que fueron remitidas al Juzgado de Instrucción de Segovia. Este caso, como tantos otros en Segovia, vuelve a desaparecer sin que nada se haga para castigar a los culpables. O el caso de Maderuelo, en 2007, donde aparecieron una treintena de buitres leonados muertos, además de un alimoche afectado. En este caso concreto, el hecho es especialmente grave porque como bien saben todos los que patean el campo, el alimoche es posiblemente una de las carroñeras más delicadas en la Península Ibérica y cualquier día nos vamos a levantar con una situación casi irreversible en las poblaciones de esta bellísima carroñera.


©Andrés López / countrysessions.org

Conozco muy bien el veneno en Segovia. Desde hace 20 años realizo fotografía de Naturaleza en la zona comprendida entre los términos municipales de Domingo García, Santa María la Real de Nieva, Nieva, Bernardos, Miguelañez y la zona comprendida entre Cantimpalos, Añe y Armuña que tristemente hoy es noticia en este blog. Los venenos en toda esta zona son habituales TODOS LOS AÑOS. Y todos los años hay denuncias por la aparición de aves y mamíferos de fauna salvaje muertos por esta causa. Y todos los años estos casos desaparecen en los juzgados. ES VERGONZOSO que hoy día siga pasando esto y la explicación es muy sencilla: AMIGUISMO y CORRUPCIÓN. La mayoría de los casos de venenos se producen en cotos de caza menor, en pequeñas localidades donde normalmente el titular o arrendatario del coto es vecino o hijo del lugar. Además, al coto acuden de gorra durante todo el año amiguetes y amiguitos, algunos de uniforme, otros de corbata de despachos institucionales, y por supuesto, cuando se pide un «descaste» de zorros en pleno verano, pues no hay problema: se les concede, y a pegar tiros. ¡Qué más da que los caminos estén llenos de veraneantes, turistas y vecinos paseando con los niños y sus mascotas!… Y por supuesto, denuncias y quejas no quedan nada más que en papel mojado, tiempo de la guardia civil malgastado y malestar de muchos vecinos que ven como este país, en el siglo XXI, sigue funcionando a pleno rendimiento el caciquismo y «escopeta nacional».


Milano real (Milvus milvus) una de las rapaces más perjudicadas por los venenos en Segovia
©José Nieto / countrysessions.org

El caso que mejor conozco es el Coto de Caza del Término Municipal de Domingo García. Un coto de caza menor que desde los años 90 se ha denunciado ante los agentes del SEPRONA de la localidad de Coca en varias ocasiones por el uso indiscriminado de veneno. El más grave ocurrió en Abril del 2004, cuando aparecieron una veintena de rapaces entre milanos reales, milanos negros y águilas calzadas, así como algunos zorros y perros. En años anteriores también había sido denunciado en varias ocasiones por el mismo motivo, así como la utilización de redes chinas para capturar fringílidos, y también por la quema indiscriminada de arbustos y zarzas en pleno verano con el fin de hacer «descastes de conejo» según argumentaron los responsables del coto.


Aquila calzada envenenada en abril del 2004 en el coto de Domingo García
©Andrés López / countrysessions.org

Este coto y sus gestores son conocidos desde hace muchos años en toda la comarca, así como por la Guardia Civil de los pueblos aledaños y por supuesto, la patrulla del Seprona. El titular principal de este coto de caza menor, durante los últimos 10 años aproximadamente, ha sido un Teniente Coronel de la Guardia Civil en la reserva, por lo que no es difícil adivinar que es lo que pasaba con todas las denuncias que se han formulado contra este coto y sus gestores durante todos estos años. Este señor falleció el año pasado, y a su funeral acudió media Segovia, bastantes altos mandos de la Guardia Civil, y el pequeño  pueblo de Domingo García, de apenas unos 13 habitantes en invierno, fue literalmente tomado por la Guardia Civil, que en vez de estar patrullando por las carreteras aquel día, estuvieron ordenando los aparcamientos en este pequeño pueblo, igual que si fueran «gorrillas«. Algo realmente patético y que como ciudadano te hace sentir bastante mal, viendo como las fuerzas del orden público en estos lugares rurales, están muchas veces a la sombra de los poderosos y no de los ciudadanos.

De hecho, en el caso denunciado de abril del 2004, los agentes del Seprona con los que recorrí el coto recogiendo cadáveres de rapaces me llegaron a confirmar que tenían muchas ganas de «meterle mano» al coto. Qué estaban hartos de las malas artes y gestión de estos señores, y que eran conscientes  que en todas las ocasiones, las diligencias que ellos transmiten a la Diputación de Segovia se perdían o transpapelaban, debido a la condición y los muchos amigos del titular del coto.


Milano real envenenado
©Andrés López / countrysessions.org

En los días posteriores a mi denuncia y la recogida de cadáveres, el Seprona de Coca me volvió a llamar por teléfono para pedirme si no me importaba aportar las fotografías que había hecho en el lugar, las cuales ilustran este artículo de hoy, como parte del material que iban a enviar a la Diputación de Segovia para abrir diligencias contra el coto. Por supuesto que accedí, y hasta el día de hoy. Como era de esperar, nunca más se supo de la denuncia, ni de sanciones, ni de nada de nada. En la temporada siguiente, unos meses después, allí estaban cazando sin problemas durante el verano, lloviendo perdigones encima de los patios de las casas, quemando zarzas y arbustos, etc etc. Una verdadera verguenza.

En otros cotos similares por la zona, como es el caso de ahora en Cantimpalos, las situaciones son muy similares, lo que denota que Segovia y otras provincias de Castilla León (la segunda comunidad autónoma española en delitos de venenos) sigue anclada en el caciquismo y la ignorancia. Los autores de estas salvajadas con veneno justifican sus actuaciones como «control de depredadores«, algo que desde hace mucho años se ha demostrado continuamente como ineficaz y muy dañino para toda la fauna.


©José Nieto / countrysessions.org

En el año 2007 ADENA/WWF ya avisó en un informe sobre el grave daño que supone a las aves rapaces los venenos. Según el informe, desde el año 1990 más de 20.000 aves rapaces amenazas han muerto en España, sin que poco o nada se haya hecho desde las instituciones para perseguir esta lacra.

Desde aquí quiero pedir una solución ya para estos desmanes. El veneno en el campo solo se soluciona articulando la Ley para que cualquier delito de esta índole sea imputado al Coto de caza donde se haya producido, independientemente de quienes sean los culpables directos. Es el coto de caza el responsable subsidiario de la muerte de una especie protegida, y sus gestores los que tienen que velar porque estas cosas no ocurran en los territorios que gestionan. Recordemos que todas las rapaces diurnas y nocturnas de este país están protegidas por la Ley, muchas de ellas amenazadas y algunas en peligro de extinción, como por ejemplo el Aguila imperial ibérica. El caso de Cantimpalos es territorio de dos parejas de esta especie. Por lo tanto, cuando se detecta una infracción de este tipo, la Ley tiene que ser tajante con el coto, cerrandolo temporalmente, y si se repite el delito, clausurarlo. Los amigos de la estricnina se lo pensarán dos veces cuando se les ocurra soltar veneno en el campo, si saben que les pueden cerrar el coto.

©Andrés López / countrysessions.org