Parece un chiste malo, pero es una realidad. Hace unos días se celebraba el día de las estrellas, dentro del marco de celebraciones y actos conmemorativos del Año Internacional de la Astronomía.
Al igual que muchos niños y niñas de hoy creen que la leche se crea de forma espontanea en el tetrabrick, sin que la vaca ponga nada de su parte, hace ya tiempo que los responsables del Planetario de Madrid comentan que los niños creen que para ver las estrellas, hay que ir al planetario.
Cuatro Torres Business Area, en Madrid ©Andrés López / countrysessions.org
También hace unos días tuve la oportunidad de disfrutar y fotografiar las magníficas vistas que tiene la ciudad de Madrid desde uno de sus puntos más altos, en el barrio de Fontarrón. La noche se nos hizo tomando fotos, y la ciudad en ese momento cobró una espectacularidad sin igual, debido al encendido de luces de edificios y vías. La realidad, es que, las estrellas no se veían por ningún sitio. Esa cúpula de luz artificial que la ciudad proyecta anula completamente el color del cielo nocturno y los tintineantes destellos de las estrellas. Viendo la fotografía, con las faraónicas Cuatro Torres Business Area y todo su derroche de luz y energía casi al completo, no hace falta ser muy listo para comprender a los niños y su falta de conocimiento de donde están las estrellas. Básicamente, la mayoría de los niños de ciudad, nunca han visto las estrellas, porque la ciudad y la luz que desprende, se lo impide.
Tengo la gran suerte de poder disfrutar de la Naturaleza a través de mi equipo fotográfico. Cuando tienes inquietudes de este tipo, te gusta todo lo relacionado con el planeta tierra, y por supuesto su entorno más inmediato, que es el universo. Disfrutar de la vista incomparable de la cúpula nocturna del cielo oscuro plagado de estrellas en una noche despejada de verano, buscar la Osa mayor, o pedir deseos a las estrellas fugaces en compañía de la familia, es una experiencia que merece la pena disfrutar.
Noche estrellada en las Bardenas Reales, Navarra
©Andrés López / countrysessions.org
Y si no lo habéis hecho nunca, coged vuestra cámara, buscad un buen encuadre natural, y a altas horas de la noche, preferiblemente sin la luz de la luna, probad a realizad una fotografía de 15 minutos o más, donde el cielo sea el protagonista de la escena. No solo captaréis el cielo estrellado, sino que también podréis plasmar en la imagen tomada el movimiento de nuestro planeta y el recorrido visual que producen las estrellas en relación a la rotación. Son siempre imágenes espectaculares que serán el colofón de esa noche donde enseñasteis a vuestros hijos que las estrellas están en el cielo, y no en un edificio.
©Andrés López / countrysessions.org
