Si tienes o has tenido un perro en tu vida, y por supuesto eres de los que lo consideras parte de tu familia, estarás muy de acuerdo con lo que hoy voy a contar aquí. Y es que en este país, a día de hoy, viajar con perro es todavía un gran problema.
©Andrés López / countrysessions.org
Se acercan las vacaciones veraniegas, y para muchos viajeros empieza el gran problema de que hacer con el perro. Para muchos supone sacrificar una vez más el destino deseado por el destino que te permita ir con tu mascota, pero en este país, son muy pocos estos sitios. Evidentemente son muchas las alternativas actuales (casas rurales y bungalows) que se anuncian con «se admiten perros» pero luego te llevas la gran sorpresa cuando te obligan a dejar a tu querido amigo en una cochera o atado en el patio. Y yo, por lo menos no paso por ahí. Nunca he permitido abandonar a mi perra en un sitio cerrado y desconocido para ella, cuando puede estar conmigo perfectamente en la habitación. Esto, por desgracia, no es muy común, salvo que salgas por Europa, y es cuando te das cuenta lo atrasados que estamos en España todavía en temas relacionados con animales. Desde entrar a tomar un café o comer en un restaurante con tu perro al lado es algo que en Francia, Italia y otros paises europeos se puede hacer sin ningún problema. Por supuesto siempre estando al cuidado para que el animal no moleste a nadie, perfectamente atado con su correa y siempre pendiente. La gente lo acepta y hasta se ofrecen para quedarse a cargo del animal mientras vas al aseo, o como nos ocurrió en la Bretaña francesa, entrar a hacer unas fotos a una iglesia en Gimpgam y una minusválida en silla de ruedas nos pidió por favor que le dejasemos a la perra a su cargo en la puerta mientras trabajábamos.
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Así que hoy voy a hacer publicidad de mis amigos Miguel Angel y Raquel, propietarios de Antaviana Club Cultura, una casa rural en uno de los sitios más bellos de Cantabria, y donde puedes ir a pasar desde un fin de semana hasta tus vacaciones con tu perro, como si fuera de la casa.
Su ubicación en la localidad de Cabezón de la Sal, es ideal para visitar la Reserva Nacional del Saja-Besaya, y está a tiro de piedra de otras localidades, ya costeras, como Santillana del Mar o San Vicente de la Barquera. Además, la proximidad a Asturias confiere esta casa rural como una alternativa muy interesante de turismo rural, y donde podrás tener a tu fiel perro en la habitación. Eso si, siempre teniendo cuidado de comportarse civicamente puesto que compartes casa con otros clientes.
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Ya va para más de cuatro años que visito regularmente Antaviana Club Cultura (incluyendo una nochevieja) y este verano repetiré una semana. Ya no tengo perro desgraciadamente, pero sigo disfrutando mucho de la casa de Miguel y Raquel, compartiendo espacio con un montón de clientes que acuden con sus perros, en un ambiente muy agradable y familiar.
Y por supuesto, no me olvido esas fantásticas cenas, especialmente el bacalao con tomate ¡pero que bruto eres Miguel!
Si vais, dedidle a Miguel y Raquel que vais de mi parte…
©Andrés López / countrysessions.org
Leyendo tu reportaje (Enhorabuena!) puedo confirmar que, infelizmente, en Brasil se pasa lo mismo Andrés. Pasamos unos días libres en una Casa Rural cerca y aunque «los pequeños» pueden estar con nosotros en las habitaciones y aprovechar del entorno (fantástico), no es posible compartir el mismo espacio reservado para la comida por normas, vigilancia (salud) y otras cosas.
Son muy pocos los sitios que aceptan las mascotas asi que estamos en el mismo nivel sobre el tema de los animales.
Abrazos,
Claudia
Me has tocado la fibra sensible Andrés, mi perra que es la reina de la casa.
Yo suelo ir bastante a Francia porque no tengo ningún problema con mi perra, aquí como tu bien dices es otra cosa, pero también porque el concepto que tenemos del perro es diferente.
Yo quiero hacer una cosa que mi mujer me dice siempre metiéndote en líos, es lo siguiente.
En España quien prohíbe la entrada a los establecimientos que no son de comida es el dueño no la ley, mi perra ha entrado en el Fnac de París, Lyón, Burdeos, Metz y Toulouse y yo me quiero ir un domingo al Fnac de Madrid y tratar de entrar con mi perra, tratar de sacar la prohibición por escrito y entonces enviarla a París pidiendo explicaciones.
Por cierto en los hoteles de las cadenas francesas si te dejan alojarte con el perro, ejemplo cadena accord.
Saludos