Afortunadamente he estado en Edimburgo en los últimos años varias veces, se podría decir que conozco relativamente esa bella ciudad. Pero cada vez que he vuelto a ella no he podido evitar dejarme atrapar por la Royal Mile. La Royal Mile es el nombre que recibe la avenida que comunica el Castillo de Edimburgo con el palacio Holyroodhouse y que se sitúa en pleno corazón del casco antiguo de Edimburgo, una de las zonas más atractivas y turísticas de la ciudad.
Pero la Royal Mile no es solo un conjunto de casas con una gran importancia histórica, la Royal Mile es una experiencia para todos los sentidos. Bajar del castillo hacia el palacio Holyroodhouse te permite disfrutar de una gran variedad de espectáculos. Malabaristas, mimos, cantantes, gaiteros, bárbaros, actores de teatro, cualquier cosa que te puedas imaginar tiene cabida en estos poco menos de dos kilómetros de avenida.
Durante los meses de verano se celebra el festival de Edimburgo y paralelamente el Fringe, lo que traslada el centro de la ciudad a la Royal Mile para delicia de los turistas y, sobre todo, de los fotógrafos. En pocos metros puedes pasar de ver como un mimo hace malabarismos imposibles con una pelota a ver como una pareja de orientales consiguen congregar alrededor suya a cerca de un centenar de personas que disfrutan con su representación.
El festival de Edimburgo, es una festividad internacional de las artes, con un claro énfasis sobre la música y el teatro, mientras que el Fringe atrae grupos teatrales amateurs. Muchas de las representaciones que se ofrecen en la calle son anuncios de las que posteriormente se realizarán en el Festival o el Fringe.
Fotos y texto: ©Miguel Ángel Fernández / countrysessions.org