Ahora que se ha acabado el Mundial de Fútbol, queremos hacer un viaje fotográfico a Uganda y hacer una reflexión del mismo.
Sea el continente que sea, allí donde vaya y que me encuentre con gente con la que no compartimos cultura y ni siquiera idioma, siempre hay un tema de conversación rápido: el fútbol. Un deporte sencillo, en grupo y que no necesita un gran equipamiento.
© Pablo Torras/www.countrysessions.org
Iba a decir que sólo son necesarias unas zapatillas de deporte, pero en muchos de los casos ni siquiera eso. Como he podido comprobar ya sea en Vietnam, Sudamérica o como en este caso en Uganda. Los niños no tienen zapatillas, pero en el caso de que las tengan se las quitan o se las cuelgan del cuello, porque no quieren que se les estropeen para luego poder ir a la escuela.
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Los más pequeños ni siquiera tienen una pelota, sino que se las fabrican con trapos y papeles atados con cuerdas, como hacíamos nosotros cuando éramos niños.
Los jugadores profesionales de fútbol (envueltos en sus artículos de lujo de coches, casas, etc.), no son conscientes de la repercusión mediática y educativa que tienen cuando a veces utilizan tácticas conservadoras y trucos muy pocos deportivos, donde lo principal es ganar. Por el contrario, en estos niños todavía su principal objetivo es jugar, no como el caso especial de un chaval que me encontré en España que en vez de correr se tiraba en cuanto podía al suelo para simular una falta.
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Además, este es uno de los pocos deportes en que a las chicas dejaban jugar sin ningún tipo de discriminación. El periodismo tiene también aquí una asignatura pendiente no retrasmitiendo los deportes en que participan las mujeres.
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Una sola emisión por televisión equivale a años de labor educativa de las ONGs, suponiendo que a las mujeres les permitieran ir a las sesiones educativas de las mismas o que se interesaran en elucubraciones teóricas que no se corresponden con la realidad que viven día a día, como esta niña que nos observa porque tiene que recorrer un largo camino para llenar el bidón de agua que lleva a la espalda.
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Texto y fotografías: © Pablo Torras/www.countrysessions.org
