Nos quedamos sin Alimoche.

La semana pasada un grupo de expertos internacionales se reunían para hablar sobre la situación actual del Alimoche en Madrid y sus conclusiones eran claras: nos quedamos sin alimoche. Y por lo que parece, la situación es irreversible.


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El alimoche es nuestro buitre más pequeño y más especializado. Quizás es por esto precisamente de su situación, porque ya se sabe que en estos tiempos que corren en la naturaleza más salvaje, ser un especialista es estar condenado a la desaparición. Y si no que se lo pregunten al Lince.

Según los expertos, el alimoche está amenazado principalmente por los venenos y por el hambre. Los venenos, un mal basado en la ignorancia (una palabra muy usada y que si alguno de los culpables supiera lo que significa le daría tanta vergüenza que dejaría de hacer burradas en el campo) de este país, que fue alentado por un gobierno militar en dictadura que trataba a todos los animales del campo como alimañas. Y el hambre, fomentado por normativas cautelosas con la salud pública, que han prohibido que se dejen cadaveres de animales en el campo, sin valorar las consencuencias ambientales de dicha prohibición y que están haciendo que las carroñeras tengan que acudir a los basureros en busca de comida, o se lancen desesperadas a las ovejas recien paridas, para cabreo monumental de los ganaderos.


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En estos momentos hay 1500 parejas reproductoras en España y es la población más grande de toda Europa. Pero el dato importante es que en los últimos 15 años la población de alimoches se ha visto reducida a una cuarta parte. Si no se solucionan las políticas que están negando la comida a estas carroñeras en el campo y se persigue con rigor y dureza a los delincuentes del veneno y el gatillo fácil que tenemos en este país, no tardaremos mucho en tener otro bonito recuerdo de un animal fascinante en nuestro archivo fotográfico de la naturaleza. Quién le iba a decir a Félix Rodríguez de la Fuente que su «buitre sabio» que rompía huevos con piedras, se iba a ver en estas lides treinta años después.

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