Nos asomamos a uno de los numerosos gaths del río Bagmati a su paso por Katmandú. Estoy sentado justo enfrente del templo de Pashupatinath del cual hay escritos que lo datan en el año 400 A.C.
©Angel Trotter / countrysessions.org
No puedo entrar al templo al no ser hinduista, pero a orillas del Bagmati se están llevando a cabo varias ceremonias funerarias. Me centro en esta foto en concreto de las cientas que hice por algunos detalles que me llamaron la atención. Se trata del cuerpo de una niña de 15 años a la que apenas dejaron a su madre que se despidiera de ella más que colocándola un collar de flores y un tímido beso. El resto de las mujeres de la familia la arroparon en su dolor y la retiraron del lugar, no con poco esfuerzo.
En la ceremonia solo están presentes de forma activa los hombres. Era la hija de un policía, por eso había tanto uniforme, me comentó un hombre que tenía a mi lado. Comenzaba a llover y la luz bajaba de intensidad como si la propia naturaleza quisiera despedirse de la joven.
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Hace ya rato que se está preparando el altar para la cremación y los amigos de la joven se consuelan entre si y no quieren separarse de su lado. Me viene a la cabeza en ese momento el momento en que Pedrito, Paquito y yo enterrábamos a nuestro amigo Luis Esteban Ortega cuando éramos adolescentes y que tampoco queríamos salir del cementerio. Esta ceremonia parecía mucho mas natural, por supuesto cargada de dolor para la familia, pero daba la sensacion de que de verdad se va a un sitio mejor.
No se cual de las múltiples religiones que conviven entre nosotros será la mas acertada, pero la hinduista no me parece una mala opción ya que a fin de cuentas vuelves a donde has pertenecido siempre, a la naturaleza. Dependiendo del poder adquisitivo de la familia del difunto se quema de una manera o de otra. Si hay dinero bastante se puede comprar madera de sándalo que para ellos es la más cara y la mejor.
Esta ceremonia duró alrededor de cuatro horas desde su comienzo al traer al cuerpo de la chica, pero hay otras personas que no gozan de la misma suerte y también pude ver cremaciones en las cunetas de las carreteras a las puertas de las chabolas.
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ufff la verdad que es una historia muy triste, una niña, pobrecita.