Cuando la tontería se convierte en arte.


Fotografía: ©Javier I. Sanchís / countrysessions.org

Agustín Ibarrola comenzó en 1982 a pintar pinos en el bosque de Oma con símbolos sencillos y colores primarios.

Aproximadamente quinientos pinos fueron pintados y en la actualidad se ha habilitado el acceso mediante una nefasta obra de ingeniería para que el público pueda acceder con mayor facilidad a la zona del bosque donde se encuentra la obra del artista; paneles y flechas van indicando al paseante las pinturas que según el autor es un «mundo lúdico donde la persona confiesa lo que lleva dentro«

El Bosque pintado ha sido utilizado por el Gobierno Vasco como reclamo turístico en diversas campañas.

©Javier I. Sanchís / www.countrysessions.org