Gotland (I). Visby

Este es el primero de tres pequeños reportajes sobre la isla de Gotland, la mayor de Suecia, situada en medio del mar Báltico, a 90 km al este de la península Escandinava, al norte de Polonia y al oeste de Letonia. Gotland es una de las 21 provincias en las que se divide Suecia.

Tomamos el ferry en la pequeña ciudad de Nynäshamn, situada a poco más de una hora de Estocolmo, la bella capital de sueca. Embarcamos con organización nórdica y nos dispusimos a difrutar de las tres horas de travesía hasta nuestro destino.

La principal población de la isla y lugar de nuestro desembarco es la ciudad de Visby, antigua ciudad hanseática fundada en el siglo X y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995.

Visby es una de las ciudades medievales mejor conservadas de toda Escandinavia, lo que se observa en cualquier parte de la ciudad, pero se aprecia en su máxima plenitud en la muralla de más de tres kilómetros que la rodea.

Su historia se remonta a la época de los vikingos, quienes solían hacer escala en la isla antes de cruzar el mar Báltico. Una vez iniciada la Edad Media, la ciudad creció, producto de la actividad comercial de la Liga Hanseática.

Dada la importancia de la capital decidimos pasar la mañana del primer día disfrutando de sus calles, iglesias, cafés y, sobre todo de su ambiente tranquilo. Cualquier persona que haya visitado esta ciudad en el mes de julio y durante la primera quincena de agosto seguro que se extraña de esta afirmación, porque Gotland es uno de los destinos preferidos de los suecos para pasar sus vacaciones de verano. Pero en la ultima semana de agosto la isla recupera el ritmo tranquilo que tiene fuera de la temporada alta de verano.

El trafico en la ciudad esta muy limitado, por lo que, tras aparcar el coche en el exterior de la muralla, pasamos por una pequeña puerta bajo una torre cubierta de una enredadera que ya empezaba a enrojecer, muestra de que el otoño se estaba empezando a acercar en esas latitudes.

A partir de ese momento empezamos un bello paseo rodeados de apretadas casas con tejados rojos y pequeños, pero bellos jardines.

Nos dirimimos hacia la principal iglesia de la ciudad, la Catedral de St. Marien, con sus pinaculos negros de madera y rodeada de un bello jardín.

Continuamos nuestro camino por la ciudad, pasamos al lado de las ruinas de St. Katherine y nos dirimimos hacia un el paseo marítimo, en el que el Mar Báltico se muestra en todo su esplendor.

El tiempo pasa rápido, sobre todo en un lugar tan especial como este, así que tras una mañana muy entretenida decidimos dar por terminada la visita, nos esperaba el resto de la isla.

Como curiosidad, solo añadir que en 1969 se rodó en una de sus casas la serie infantil de televisión Pippi Långstrump.

© Miguel Ángel Fernández / countrysessions.org