El pasado dos de mayo estuve en las Hoces del río Duratón, ya que habíamos ido a Sepulveda (Segovia) a pasar el día y quisimos aprovechar el día tan bueno que hacía, viendo y fotografiando algunos buitres leonados.
Personas visitando el P.N. de las Hoces del Duratón
Nada más llegar al aparcamiento y mientras sacaba el equipo fotográfico se me acerca un guarda al que saludo:
– Buenos días.
– Buenos días– contesta él.
– Que follón de gente ¿no? – era realmente impresionante la cantidad de turistas que había en la Ermita de San Frutos. Nunca había visto el sitio tan abarrotado de gente.
– ¿Es Vd profesional?
– Pues no ¿por qué? – le contesto.
Siempre que voy a este Parque Natural me molesta esta pregunta cuando el guarda de turno ve mi equipo, pero aquel día era realmente llamativo que el guarda se estuviera preocupando por un fotógrafo, con dosmil personas paseando por el camino de la ermita.
– Pues vaya equipo que lleva para no serlo…
Y es aquí cuando siempre utilizo la respuesta de un amigo –es que yo me gasto el dinero en lo que me gusta.
– Hasta luego, ya nos veremos – y me despedí sin más.
Pasé un par de horas esperando a que apareciese algún ave que poder fotografiar y solo pasaban grupos de personas. Los buitres leonados debían de haber emigrado al igual que los guardas, porque la gente campaba a sus anchas sin respetar las señalizaciones ni los carteles. Solo al cabo de las dos horas y habiendo recogido el equipo apareció una chica intentando poner un poco de orden.
Tirando piedras © Javier I. Sanchís / countrysessions.org
Ni buitres, ni tranquilidad, ni respeto por la naturaleza. Las únicas fotos que hice esa mañana son las que os publico hoy aquí, incluidas la de estos jóvenes tirando piedras. Se puede apreciar como primero es uno, luego viene otro, y hasta tres de estos «entusiastas» domingueros tirando piedras por el acantilado, ante la compañera que graba tal hazaña en su móvil.
Parque Natural protegido, especies protegidas anidando en los cantiles, plena época de cría de halcones, buitres y otras rapaces y especies delicadas, miles de euros anuales de fondos públicos para pagar una guardería, y estos señoritos tirando piedras como si tal cosa, unas dos mil personas dando gritos y voceando por el camino, rompiendo ramas, cogiendo flores, perros sueltos, niños berreando, pero al guarda no se le ocurre otra cosa que preguntarme a mi si soy profesional de la fotografía. Realmente vergonzoso.
Tirando piedras © Javier I. Sanchís / countrysessions.org
Los únicos «profesionales» que hay en el Duratón son los gestores, que por alguna extraña razón se creen dueños del espacio natural, y dan ordenes tajantes a la guardería con respecto a los fotógrafos de naturaleza. Un espacio natural protegido es un bien público, y sin embargo, en el Duratón prohiben hacer fotografías si tu equipo «parece» profesional. Es como si les molestase que podamos ganar dinero con una fotografía. Tampoco dan explicaciones nunca de los motivos. Los guardas siempre evitan esta situación amenazando con llamar a la Guardia Civil, algo que por cierto, tampoco nunca hacen, y siempre estamos deseando que ocurra para saber de una vez si estos señores tienen razón.
Entre los que tiran piedras, como los de la foto, y las pedradas de los gestores del Duratón, los fotógrafos terminaremos siendo los grandes perjudicados, cuando por situaciones incontrolables como las del pasado fin de semana, termine siendo la zona realmente delicada.
© Javier I. Sanchís / www.countrysessions.org
Vivo a escasos 30 kilometros del Parque Nacional de Monfragüe y desgraciadamente, esta escena que nos cuentas, sucede allí de igual manera bastate a menudo. Este tipo de conductas no solo se corrigen con la actuación de la guardería sino también con nuestra propio conocimiento del medio y nuestra preocupación por respetar la naturaleza, cosa que desgraciadamente se enseña de manera muy fugaz en los colegios y en los hogares de nuetro pais.
Haces muy bien en denunciarlo públicamente tan vergonzoso comportamiento y cuando ya no son unos críos quienes tiran piedras y la de aquellos – autoridades – que lo permiten