Anfibios y fotógrafos de naturaleza.

Como cada lunes en nuestro cuarto oscuro particular, os revelamos los datos y detalles de las fotografías de nuestros fotógrafos. En esta ocasión os mostramos una fotografía de nuestro fotógrafo Andrés López.

©Andrés López / countrysessions.org

Datos de la fotografía:

Canon EOS 10D
Objetivo 105mm f2.8 Macro
1/125 seg; f11
Flash lateral con difusor y cable sincro

Esto es un Tritón alpino (Triturus alpestris cyreni) fotografiado en la Reserva Nacional del Saja-Besaya, en Cantabria. En concreto es un macho en plena librea de celo, con su característica cresta y manchas en los laterales, un anfibio realmente espectacular que vive en la península ibérica.

Este tritón, en los últimos años ha desaparecido en casi un 20% de sus poblaciones cántabras así como en Alava. Las causas mayoritariamente son la pérdida de fuentes y pilones de montaña, así como el deterioro de las aguas, y en menor medida, la cabaña ganadera que durante los meses de puesta de huevos en los pequeños charcones en las zonas de pastoreo vacunas, las puestas de huevos son pisadas por las vacas.

Pero a nivel global, estas pérdidas locales, así como otras a nivel nacional o internacional, se han convertido en uno de los mayores misterios de la biología. Este tritón, así como el resto de especies de anuros y batracios en todo el mundo se han convertido en los mejores bioindicadores del estado del planeta. Su delicada y sensible piel, así como la necesidad de vivir en entornos acuaticos muy limpios, en la mayoría de las especies, hace que los anfibios estén desapareciendo a un ritmo vertiginoso en todo el mundo.

Junto con esas causas, se han valorado otras como el agujero de la capa de ozono que afecta al sistema inmunológico de los animales, los fertilizantes y otros químicos en las aguas, y el que parece más importante: un hongo muy típico en anfibios llamado Batrachochytrium dendrobatidis y que desde 1997 ha masacrado poblaciones enteras en algunos lugares de la Península Ibérica. En concreto el sapo partero ibérico es uno de los más afectados. En realidad, parece ser que es el conjunto de todos estos desastres, de forma sinérgica, los que han provocado que una alerta general se haya producido en todo el mundo.

Se ha considerado que al menos más de 60 especies de anfibios en todo el mundo se han extinguido en los últimos veinte años, debido a estas causas, o al conjunto de ellas. El caso más cercano en España fue en 1997 y 2004, cuando poblaciones enteras de larvas de sapo partero ibérico aparecieron muertas en el entorno del Parque Natural de Peñalara, causando lo que parece la extinción de esta especie en la zona.

A todo este misterio se le ha denominado «Declive mundial de Anfibios» y la gente de campo tenemos una responsabilidad en esto. Entre las medidas más claras que se han difundido entre la gente de campo y científicos, pero al que yo añadiría fotógrafos de naturaleza, es evitar la difusión del hongo letal. Todos los estudios realizados hasta la fecha indican que las enfermedades infecciosas que afectan a los anfibios se están extendiendo por el mundo gracias a las actividades humanas. Por lo tanto, y como ocurre con tantas otras enfermedades infecciosas, la manera mas fácil de luchar contra estas plagas es evitar su dispersión.

Si eres fotógrafo de naturaleza y te gusta salir a la montaña a fotografiar anfibios, recuerda estos consejos:

Evita manipular ejemplares fuera de su entorno o lugar. Nunca te lleves los animales a casa, ya que todas las especies de anfibios en España están protegidas y por lo tanto incurres en un delito.

Evita trasladar ejemplares de un lugar a otro, aunque nos parezca que las poblaciones son muy cercanas.

– Lleva siempre en la mochila un par de guantes desechables y usalos cuando manipules anfibios.

Debemos lavar guantes, botas y demás utensilios que hayamos usado en una sesión de trabajo y que haya estado en contacto con los animales o con el agua. Lo mejor es una  primera limpieza con agua en el mismo lugar, para despues en casa, sumergir todos los utensilios con lejía durante 30 segundos y posteriormente secar al sol todo el tiempo que sea posible, ya que parece ser que el hongo es muy resistente y puede permanecer latente durante mucho tiempo en un entorno húmedo, sin que nosotros nos percatemos del peligro que llevamos oculto en nuestras botas o patas del trípode.

Los fotógrafos de naturaleza, al igual que científicos y naturalistas, tenemos un compromiso con los anfibios, y entre todos tenemos que contribuir.

©Andrés López / countrysessions.org