Cuando paseas por una playa como la del Parque Natural de las Dunas de Liencres, en Cantabria, en un día algo nublado y desapacible, con el cielo amenazando con descargar lluvia, en lo que menos te sueles fijars es en las rocas que vas dejando a tu lado.
Sin embargo, quizá merezca la pena detenerse un rato al lado de alguna de ellas y buscar entre sus grietas, porque a lo mejor te encuentras a un pequeño habitante escondido en lo más profundo de una de ellas, cubierto por las aguas que se han depositado en las oquedades.
Con un poco de paciencia, tomé algunas fotos de este ejemplar, siempre pensando que en cualquier momento iba a descargar la tormenta que teníamos sobre nuestras cabezas.
Texto y fotografías: Javier Abad / countrysessions.org
Datos de las fotografías
Canon EOS 50 D
Tokina AT-X 124 PRO DX y Canon EF 100 /f2.8 Macro USM respectivamente