Hoy, 2 de febrero, se celebra el famoso día de la marmota, en Estados Unidos. Un buen motivo para contar algo de esta tradición heredada y que tiene a este curioso animal de protagonista.
© Pablo Torras/www.countrysessions.org
Simpáticas marmotas como ésta del glaciar del Grobglockner, la montaña más alta de Austria, es sin saberlo, la causante de una extensa y antiquísima tradición que se ha puesto de actualidad y que ha sido inmortalizada por Hollywood en la película «Atrapado en el tiempo» (Groundhog Day). El origen se remonta a la época de los romanos. Posteriormente es adoptada por los cristianos bajo la fiesta de la candelaria, de las candelas, de las velas o de las luces con motivo de la presentación del niño Jesús en el templo. Ésta era la forma habitual de trasladar las arraigadas costumbres paganas a la nueva religión. En este caso escoge la estratégica fecha del 2 de febrero, a medio camino entre el solsticio de invierno y el equinoccio de verano, con las consiguientes implicaciones de la cantidad de horas de luz entre el día y la noche.
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La fiesta es adoptada por los alemanes de los romanos y con la emigracion de los primeros llega a Estados Unidos y Canadá, siendo la más famosa la del estado de Pensilvania. Básicamente la festividad se convierte en el intento de los agricultores por controlar el tiempo, pensando que si el animal al asomarse de su madriguera no ve su sombra, porque estuviese nublado, pensaría que había llegado la primavera y saldría confiado. En caso contrario, en el que saliese el sol, pensaría que sigue el invierno por seis semanas más.
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Este método como es lógico no tiene ninguna base predictiva científica y, al igual que otros métodos similares, se ha comprobado que su nivel de eficacia no llega en ningún caso al 40%. Pero lo que importa es la festividad y las ganas de reunirse la comunidad durante los duros días de invierno que llevan al recogimiento y al aislamiento.
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Quizás deberíamos aprender de la película y ojalá tuviésemos una segunda, una tercera y una cuarta oportunidad para que se repitiera el mismo día hasta que cambiáramos nuestro sistema de valores basado en los beneficios inmediatos que produce la sociedad de consumo, del usar y tirar, cuyas consecuencias no son otras que el Cambio Climático y el alarmante retroceso de los glaciares como el observado en el glaciar Pasterze desde los años sesenta y que con lleva una drástica reducción de las reservas de agua de Austria.
Textos y fotografías: ©Pablo S. Torras / countrysessions.org
